La afición que el sarriano Antonio López Rodríguez tiene por los caballos le llevó a hacerse hace más de una décadas con carros y una calesa, que utiliza para bodas y acudir a ferias.
Su hobby por el mundo ecuestre comenzó ya en la infancia, pues su padre tenía estos animales y un carro con el que transportaba y comercializaba mercancías desde la parroquia sarriana de Vilamaior, donde vivía, hasta otras localidades. Esto sería el germen de la empresa familiar de autobuses.
Antonio López contaba ya con caballos, pero hace más de diez años asistió en Portugal a carreras de carros, a las que hay «moita afección» en el país luso. «Gustáronme os carros e fun comprando», dice. Primero comenzó adquiriendo carros con dos ruedas, para un caballo y dos plazas. Sin embargo, hace cinco años el sarriano, quien cuenta con tres caballos, decidió hacerse con una calesa que cuida y transforma con mucho mimo. Este carruaje, que dispone de capota, puede transportar hasta seis personas.
