Dice el proverbio que "nadie es profeta en su tierra" y en Galicia eso se cumple con demasiada frecuencia. A pesar de contar con el paisaje y la gastronomía como atractivos, el sector turístico de la comunidad, y más aún en las zonas del interior, tiene que hacer verdaderos esfuerzos para consolidarse y enganchar al visitante más allá del fin de semana.
Sin embargo, mientras esto ocurre en casa, en el extranjero Galicia es un referente en cuanto a profesionalidad en los servicios hosteleros. La Escuela de Hostelería de Koggala, una zona eminentemente turística del sur de Sri Lanka, se ha fijado en el Centro Superior de Hostelería de Galicia (CSHG) y ha buscado su apoyo para reconstruir su sector turístico después del devastador tsunami. En esta colaboración entre Compostela y esa región asiática, que cuenta con el beneplácito del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la ONU, es vital el papel de Nuria Sánchez Vázquez, una vecina de la villa del Asma que ocupa el cargo de subdirectora de Docencia, Consultoría y Marketing del CSHG.
Nuria Sánchez es chantadina porque lo dice su DNI y lo siente en el alma, o al menos eso es lo que da a entender cuando reconoce que regresa a casa todos los fines de semana y cuando no puede hacerlo "me falta algo".
En agosto se dio esa situación, y la joven viajó a Sri Lanka durante varios días. En ese momento se sentaron las bases del proyecto que acaba de comenzar y que tendrá una duración aproximada de un año. En Asia se entrevistó con los profesores del centro de Koggala y los hosteleros de la zona para conocer su realidad, a partir de lo cual su equipo de trabajo diseñó un programa de cursos de formación y otras actividades que ayudarán a los habitantes de la región a levantar su economía de manera más eficaz y profesional.
El sábado esta chantadina volverá a hacer las maletas con destino a Sri Lanka, donde ya la aguardan sus compañeros del CSHG Marcos Tilve, Antonio Vázquez y Javier Pet. Dice que le espera un trabajo duro pero también una experiencia única.
El reto consiste en crear turismo de calidad, adaptado a las necesidades de los consumidores de todo el mundo en una población sin recursos y totalmente arrasada.
Además, "no vale globalizar" apunta, y, aunque la forma de trabajar en Galicia será un referente, hay que volver a empezar teniendo en cuenta la cultura y las características propias de la zona, que al fin y al cabo son el secreto de su atractivo.
