A ocho kilómetros del casco urbano de Taboada en dirección a O Saviñao, se levantan el club náutico y el albergue de Ponte Mourulle, regidos desde hace más de un año por la empresa Pro Aventur. Es una zona de la Ribeira Sacra que hasta la llegada de los nuevos gestores llevaba años olvidada.
La naturaleza que rodea al río Miño en su camino hacia el embalse de Belesar se mezcla con el deporte de aventura y el ocio en un paraje que se puede disfrutar durante todo el año, aunque en invierno solo está abierto los fines de semana, festivos y vísperas de estos. Canoas y kayaks ocupan la superficie de las aguas próximas al embarcadero que descansa a los pies del club náutico, donde los objetos más reclamados y alquilados por los usuarios son los hidropedales, conocidos como pedaletas. Otros visitantes se inclinan simplemente por el siempre bien acogido plan de toalla, siesta y sol a la orilla del agua.
Ponte Mourulle es un buen lugar para hacer ejercicio, pero también lo es para relajarse
Ponte Mourulle es un buen lugar para hacer ejercicio, pero también lo es para relajarse. Allí se organizan desde fiestas de cumpleaños a excursiones de colegios o campamentos de verano. Desde el 10 de julio, el complejo organiza uno con unos 200 niños que llegan a Taboada en turnos de aproximadamente 50 cada semana. Y no son de muy cerca. Vienen desde A Coruña y organizan actividades en este marco hasta el 20 de agosto. Con estos grupos, el albergue situado justo al lado del club tiene ocupadas sus 54 plazas de habitaciones para cuatro personas (hay una para dos), que también cuenta con lavandería, dos salas para talleres y una zona de baño propia.
El pasado verano sirvió para cambiar de cara las instalaciones, cedidas por el Ayuntamiento de Taboada a Por Aventur. Pese a la novedad, los administradores contaron más de 700 alquileres en el 2015. Los números no empeoran en la actualidad y para finales de agosto ya se piensa en ofrecer paquetes que incluyan varias actividades a un mismo precio.
OTROS DEPORTES. Los remos y el piragüismo no son los únicos protagonistas en Ponte Mourulle. Los más aventureros pueden reservar allí jornadas de espeleología por cuevas de O Incio, O Courel o Samos, así como subir la adrenalina con el descenso de los cañones del río (práctica que recibe el nombre de barranquismo) en el cercano lugar de Sobrecedo, sin moverse de Taboada.
Pro Aventur también ha tenido que emplearse a fondo para desarrollar actividades que supieran aprovechar el entorno único que ofrece la Ribeira Sacra. Las rutas de senderismo en Ponte Mourulle son totalmente novedosas porque permiten conocer un poco mejor el lugar. En el 2015 recibieron la visita del histórico club Peña Trevinca, de Vigo. Para el 23 y el 24 de septiembre de este año está prevista la llegada de unos 70 niños para un campamento juvenil de la Federación Gallega de Montaña.
El rápel, deporte que consiste en descender paredes verticales, es otra de las modalidades que pueden probarse en Ponte Mourulle, así como las rutas para bicicletas de montaña, que se pueden alquilar en el club náutico, forman parte del elenco de proyectos para el futuro.
PARA EL INVIERNO. Todas estas disciplinas poseen la peculiaridad de realizarse al aire libre, así que parecen prestarse solo con buen tiempo, en los meses de primavera y verano. Aunque el frío y la lluvia no imposibilitan su práctica, Pro Aventur se encuentra en proceso de diseñar otras actividades para cuando el calor se mude de hemisferio. Una de las intenciones es desenvolver jornadas de micología en otoño.
Puede que haya pokémon que capturar en Ponte Mourulle, pero el entorno es más adecuado para olvidarse del móvil y pensar solo en divertirse o relajarse mientras se practica un deporte con la Ribeira Sacra como testigo de lujo.
