De 2.900 habitantes, 107 son extranjeros

Los antiguos territorios de Conforto, Miranda y Vilameá, unificados bajo el nombre de A Pontenova en 1979, emplean al 40% de su población en el sector primario, fundamentalmente en la ganadería y en la agricultura, aunque la hostelería y la industria, ya que en la zona se ubica por ejemplo la constructora de vehículos IPV, dan trabajo a su vez a muchos de sus 2.913 habitantes. A pesar de ser un municipio interior, en pleno medio rural mariñano, destaca la cifra de extranjeros que viven en él, 107, de los que la mayor parte, 48, son rumanos, que vinieron a trabajar en el sector forestal. Precisamente, los servicios sociales del Ayuntamiento están implementando una serie de actividades que facilitan la integración de estos colectivos, como las clases de español para inmigrantes y los talleres de cocina intercultural que se desarrollaron este año.

Aldeas abandoadas
El envejecimiento de la población es notorio, realidad que ilustra el dato de que 436 vecinos son septuagenarios. Se incrementó asimismo el número de aldeas abandoadas en las que no habita nadie desde hace años, como las de Ínsua o la de Gabeás, donde anualmente se reúnen los que en ella habían nacido, aunque también hay otras en las que sólo queda una vecina, como en Labrada.

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