Dani Löble: ''El heavy sigue siendo tan grande como fue en los 80''

El mítico grupo de heavy metal alemán Helloween recalará esta noche en Lugo, parada y fonda de la gira que los de la calabaza están llevando por todos los continentes en compañía de los Gamma Ray de Kai Hansen. El concierto lucense (desde las 20.00 horas en el recinto ferial), como el resto de las citas de la gira española, se completará con los también teutones Axxis. El baterista Dani Löble hace las veces de portavoz de la banda para defender el magnífico estado de forma de las variantes más heavies del rock.

—¿Cómo está resultando la gira que iniciaron en noviembre del año pasado?
—Muy bien. Estamos teniendo mucho éxito y se están vendiendo todas las localidades. Además, se ha creado un clima muy bueno entre las bandas que el público percibe en el directo. Mi impresión es que el fan de Helloween que compra una entrada para uno de nuestros espectáculos queda plenamente satisfecho. Los cierto es que estamos colgando el cartel de no hay billetes en casi todas las ciudades y nos encontramos con un público súper heterogéneo: desde los aficionados que nos siguen desde los ochenta, que muchas veces vienen con sus hijos ya adolescentes, hasta otros más jóvenes que nos conocieron más adelante.

—¿Qué tipo de espectáculo tienen preparado para Lugo? ¿Qué argumentos pondría encima de la mesa para animar a la gente a que no se pierda la cita con el metal?
—Deberían venir por lo guapo que soy. (Risas). No, ahora en serio; es una oportunidad única de ver juntos a Helloween y a Gamma Ray, con el extra añadido de Axxis. El espectáculo no será un concierto clásico, ni siquiera dentro de la escena heavy metal que se caracteriza por la espectacularidad. El nombre de Helloween está para honrarlo y ponemos muchas ganas para que así sea. Tenemos preparadas muchísimas sorpresas para fans. De los aficionados de Lugo, esperamos que se desahoguen con nuestra música de la misma forma que nosotros descargamos adrenalina al interpretarla.

—Se puede leer en internet que esta gira 2007/2008 es especialmente interesante y emotiva porque supone la posibilidad de volver a ver a Kai Hansen, líder de Gamma Ray y miembro fundacional de Helloween, tocar junto a sus antiguos compañeros...
—Es una lástima que internet estropee las sorpresas, pero sí, sí que es cierto. Con el concierto ya avanzado, hacemos una jam session con músicos de Gamma Ray para tocar temas especiales. No están todos los intérpretes de ambas bandas en el escenario en todo momento, pero sí que está Hansen. De todas formas, y a pesar de internet, nos guardamos un as en la manga y en Lugo habrá sorpresas.

—¿Ofrecen un repertorio basado en el último disco, Gambling with the devil?
—Tenemos un espectáculo fijo, intercalando temas nuevos y un repaso intenso a la historia de la banda, pero estamos abiertos a la improvisación.

—Por lo que respecta al último álbum, ¿Cómo han trabajado la composición?
—Vivimos cada uno en un punto difrerente del mapa. Andi (cantante) y Michael (guitarra) viven en Tenerife; Markus (bajo), en Hamburgo, al norte de Alemania, y yo, en Constanza, en el sur germano. El nivel tecnológico del grupo es muy alto y tenemos un servidor propio de internet en el que cada uno colgamos nuestras composiciones y nuestras ideas. No somos un grupo que ensaye junto mientras estamos trabajando en el disco. De las letras se ocupa Andi y refleja en ellas sus intereses, sus lecturas... Aprovechamos las giras para mantener conversaciones sobre el mundo real y lo trascendente, sobre filosofía...

—Y eso que hay quien achaca al heavy estar demasiado despegado de la realidad...
—El rock primero fue considerado obsceno. Con la proliferación de nuevos estilos y bandas aparecieron nuevas temáticas. Hablar de lo transcendental no es más que un acto de rebelión, porque a nadie le gusta hablar de la muerte. A lo mejor hay a quien no le interesa que reflejemos en un espejo la sociedad y sus miedos y abordemos sin tapujos el sexo, las drogas y el demonio, temas que, por otra parte, están ahí.

—¿En qué estado de salud se encuentra la escena heavy para alguien que gira por todo el mundo?
—El heavy sigue siendo tan grande como lo fue en los ochenta; es un estilo que no necesita de los medios de audiencia masiva, que apuestan por otros que consideran más inofensivos. Nosotros somos un grupo que vive bien gracias a los directos, pero las descargas ilegales en internet están haciendo mucho daño.

—¿Se han preguntado alguna vez cómo es que Alemania ha parido tanto heavy?
—No lo podría explicar. Quizás tenga que ver con nuestro carácter, que somos muy cuidadosos, muy ordenados y puntuales y el heavy es una música que exige mucha técnica, mucha precisión y mucha constancia para una buena ejecución.

—El rock en general, y el heavy en particular, están asociados a excesos que no parecen compatibles con una gira de tanta exigencia...
—Dímelo a mí, que, en la gira, soy casi siempre de los primeros que se acuestan, porque la batería es un instrumento que exige una buena forma física.

—Aun así, ¿Se atreverán con la marcha lucense?
—Posiblemente esta noche [por ayer] me dé una vuelta. La verdad es que ando un poco cansado y tengo el cuerpo dolorido del autobús, pero no descarto la posibilidad.

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