Cuestión de principios

JUSTIFICAR un golpe de Estado contra un gobierno salido del voto ciudadano se ha demostrado históricamente un error. Y aunque la ética y los valores no siempre, o casi nunca, acompañen al manual práctico de la diplomacia y la práctica del poder, el pragmatismo debería mostrar la evidencia del error, salvo que en el propio error encuentren el mejor de los escenarios los intereses y los beneficios de algunos. Frente a la intolerancia no se actúa con los mismos métodos y las mismas armas de exclusión y violencia, salvo cuando se pretende acentuar el conflicto y, en ese caso, habrá que sospechar que ahí radica el objetivo y el interés. Egipto es un nuevo y triste ejemplo del error, si es que alguien desde Occidente pretendía mostrar un escenario de tolerancia y pluralismo frente al fanatismo y al islamismo excluyente. Ese islamismo que, como escribió Jean Daniel, es el gran enemigo del islam y de la población de los países árabes. El sur español que tiene la vecindad árabe, que a veces se ignora, y la presencia de millones de inmigrantes árabes dentro de Europa, y en España, hacen que el problema de mostrar la viabilidad, la compatibilidad, de islam y pluralismo sea realmente de interés interno. Es una cuestión de interés propio.

Fútbol y crisis

Arranca la liga de fútbol que mueve miles de millones en fichajes, remuneraciones y derechos televisivos. Las cifras millonarias contrastan con una realidad general de recortes. Y aunque en el fútbol se detecta la realidad de la crisis, con problemas económicos en algunos clubes, está por ver la dimensión de la hipotética burbuja que ahí pueda haber y las consecuencias que su explosión representaría para algunas empresas, como las televisiones. ¿Es un modelo a sostener?

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