Cuatro jóvenes se enfrentan a 24 años de prisión por trapichear en Vilalba

El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Lugo (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Lugo (Foto: Xesús Ponte)

Tres jóvenes de Vilalba, que presuntamente eran los que distribuían cocaína y hachís en 2007 en locales de copas de la capital chairega, y otro de As Pontes, que era uno de sus proveedores, fueron juzgados ayer en la Audiencia Provincial. Un quinto no se personó en la vista oral porque está huido. La fiscal solicitó en total para los cuatro procesados 24 años de prisión y más de 460.000 euros de multa por un delito contra la salud pública.

En el banquillo de los acusados se sentaron el pontés Manuel A.V., conocido por ‘Lito’, y los chairegos Gerardo G.L., alias ‘Vilela’; Juan José C.F., ‘Pibe’, y Francisco Javier F.S., ‘Peque’. El ministerio público solicitó nueve años de prisión y 456.270 euros de multa para el primero y tres años para el último, al que le rebajó uno al aplicarle la atenuante de drogadicción. Para los otros dos pidió seis años para cada uno y 5.000 euros en total de multa.

Las escuchas telefónicas que realizó la Guardia Civil los delataron. Durante la vista oral se reprodujeron varias. Otra no fue posible porque se traspapeló, aunque sí figura trascrita en los autos. Su detención se produjo en verano de 2007. El coordinador del dispositivo montado por la benemérita declaró en el juicio que los tres jóvenes chairegos eran «los distribuidores de hachís y cocaína para menudeo» en Vilalba y que el pontés era «un proveedor de más cantidad». Este jefe de la unidad antidrogas añadió que Pibe estaba un peldaño «por encima» de Vilela y Peque.

La mayor aprehensión -más de cuatro kilos de hachís y casi 800 gramos de cocaína, así como drogas de diseño- se realizó durante el registro en el piso en el que vivía Manuel A.V. y en una nave de su padre. Éste reconoció que abasteció en alguna ocasión a Peque y Pibe. Precisamente el día que fue detenido había quedado con este último para entregarle 50 gramos de cocaína.

Lito aseguró que parte de las sustancias estupefacientes que le incautaron eran para «autoconsumo» y parte para «sufragar gastos», porque entonces derrochaba unos «300 euros diarios» para ‘colocarse’.

Quienes también reconocieron durante el juicio que trapicheaban fueron Gerardo G.L. y Francisco Javier F.S.. El primero puntualizó que sólo vendía cocaína y a un «círculo cerrado» de conocidos, pero no pastillas de diseño, ni hachís, en este caso, según precisó, sólo alguna vez «uno o dos porros».

Mientras, Peque, que aclaró que se dedicaba al trapicheo porque «no tenía otra fuente de ingresos», afirmó que «vendía porros y esporádicamente cocaína». Como los otros dos chairegos, aseguró que se solía abastecer en poblados gitanos de A Coruña y Ferrol.

Dieta

Juan José C.F., cuya tutora es su madre porque está declarado incapacitado, insistió en que «nunca vendí cocaína» y que solo la compartió en fiestas con sus dos convecinos. La fiscal le preguntó para qué necesitaba seis líneas de teléfono móvil, porque carecía ingresos, a lo que respondió que le gustaban; por qué conducía cuatro turismos diferentes, a lo que contestó que eran de familiares y amigos, y por qué tenía una báscula de precisión, que excusó con que era de «la dieta de mi madre». En su domicilio se hallaron bicicletas y motosierras, entre otros artículos de dudosa procedencia.

ESTUDIOS
El pontés aprobó bachillerato, selectividad y empezó Derecho durante su etapa en prisión

Manuel A.V. le sacó provecho a su estancia en prisión. Según aseguró ayer durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Lugo, este joven pontés aprobó los dos cursos de bachillerato, la prueba de selectividad y el primer curso de Derecho a lo largo de los tres años que estuvo entre rejas en el centro penitenciario de Bonxe.

Tras salir en libertad provisional a finales de agosto del año pasado, Lito continuó sus estudios universitarios. Ya cursó segundo de Derecho y tiene previsto, según indicó, matricularse próximamente en tercero.

«Mi vida cambió radicalmente», afirmó ayer Manuel A.V. en la vista oral, a preguntas de su letrado.

Este joven de As Pontes explicó que durante esa etapa en prisión también estuvo a tratamiento para desengancharse de su adicción a las sustancias estupefacientes. Dijo que cuando fue detenido consumía «entre tres y cinco gramos diarios» de cocaína y hachís y «esporádicamente» drogas de diseño. Actualmente prosigue con un programa de desintoxicación en un centro que está en la comunidad autónoma de Madrid.

RESPONSABILIDAD FAMILIAR

Se hizo cargo de su hermana de 18 años tras morir su madre las pasadas Navidades

A otro de los acusados, Francisco Javier F.S., también le cambió la vida «gracias a Dios» después de ser detenido e ingresar en prisión, según puso ayer de manifiesto en el juicio, en respuesta a una cuestión planteada por su abogada.

Durante los cinco meses que estuvo encarcelado, Peque comenzó un tratamiento de desintoxicación con Cruz Roja Española. Dijo que hoy en día ya no consume sustancias estupefacientes.

Una desgracia familiar, la muerte de su madre las Navidades pasadas, cuando ésta sólo contaba con 48 años, hizo que este joven se tuviese que hacer cargo de su hermana, de 18, que no trabaja, y que le quedó una pensión de orfandad de 180 euros. Ese revés provocó que esté a tratamiento psicológico por la depresión en la que se vio inmerso.

Tras abandonar el centro penitenciario, este joven chairego encontró empleo. Actualmente está en el paro. Durante la vista oral, indicó que el próximo jueves tiene una entrevista de trabajo.

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