Cuatro años y una vida por delante

Hace cuatro años, los mismos que tienen las niñas de la fotografía, El Progreso iniciaba en la Ribeira Sacra un nuevo proyecto: ofrecer a los lectores una edición semanal que diese cuenta de todos los detalles de la vida diaria de la zona sur de la provincia.

Un grupo de personas se puso a trabajar desde el minuto cero en el seguimiento de la actualidad más espectacular, de los grandes eventos pero también de los temas más cotidianos a los que todos tenemos que enfrentarnos cada mañana.

Pero, por encima de todo, El Progreso Ribeira Sacra, quiso desde el principio darle la palabra a los ciudadanos, ofrecerles la oportunidad de hacer públicas sus reivindicaciones, sus preocupaciones y sus deseos. En las miles de informaciones que salieron publicadas en las páginas de este suplemento desde su primer número se apostó por la labor social de la prensa, por escapar de los esquemas cerrados que suponen determinadas temáticas y por hacer protagonistas a decenas de personas anónimas que tienen una historia que contar tan importante como la de aquellos que se empeñan en ser el centro de la escena pública.

En las entrevistas que El Progreso Ribeira Sacra abordó cada semana convivieron artistas destacados como Antón Patiño o Rosa Cedrón con personas anónimas como la matrona Blanca García, la ganadera Alicia Toirán o el músico Roberto Castro, cuya labor es menos conocida pero no menos importante.

El suplemento también se preocupa del mundo deportivo, de las convulsas temporada del Lemos y el Chantada, de la campaña de las chicas de voleibol de A Pinguela, de la evolución
de clubes como el Calasancio, Arenas o el Quixós en piragüismo; de los baloncestistas de la villa del Asma o de los atletas de A Gándara.

En las cerca de 25.000 fotografías que se publicaron en los cuatro años de vida del suplemento Ribeira Sacra tomaron color desfiles de Entroido, fiestas patronales, reuniones de la tercera edad, cumpleaños y celebraciones de todos los tipos y en la contraportada del suplemento se reservó un lugar especial para asociaciones culturales, musicales y colectivos de todo tipo que, la mayoría de las veces en silencio y sin ayuda, son los grandes dinamizadores de los pueblos.

El Progreso Ribeira Sacra intentó durante cuatro años responder a las necesidades del lector, pero al igual que las niñas de la imagen, está sólo al inicio de su vida y por delante tiene muchas metas que superar y mucha actualidad que abordar. El reto es dar esos pasos con el respaldo y la ayuda de los ciudadanos.

Por ello y por lo que vendrá, gracias a todos los que nos leen y a los que lo harán en el futuro.

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