Cuando el flamenco llega del norte

Ni su estatura hace justicia a su grandeza interior, ni su juventud permite imaginar su intensa trayectoria profesional. Sin embargo, cuando un niño de nueve años se sube a un escenario y se convierte en músico, cualquier cosa es posible.

Quince años después de aquella primera actuación en el club lucense Clavicémbalo —"la que recuerdo con más cariño", comenta—, Santiago Cortiñas Barrul, al que todo el mundo conoce como Kiki, ultima los preparativos de su nuevo disco, en el que combina el flamenco de raza con música brasileña, salsa, funky o hip-hop.

"Llevo cuatro años componiendo este disco y casi todos los temas son míos, aunque también tuve la suerte de contar con la colaboración de Gory Carmona y Antonio Humanes, letrista y productor de artistas de la talla de Camarón", explica.

Ilusionado con este proyecto, Kiki se enfrenta al complicado reto de superar el listón que dejó en 1996 con su primer trabajo, Mala suerte, en el que defendía fandangos, soleás, bulerías y tangos. Y es que, con tan sólo doce años, Santiago Cortiñas desplegó todo su arte en la sala Suristán de Madrid y se ganó la ovación de un público entre el que se encontraban Pedro Almodóvar, Ketama o Lolita.

Ahora, con 24 —y después de un sinfín de conciertos por toda España y Portugal y de participar en un musical de flamenco francés—, este artista lucense renace con un disco más elegante y personal que, según lo previsto, saldrá al mercado antes de final de año. "Ya presentamos algunos temas en mayo en la sala Galileo Galilei de Madrid con doce prestigiosos músicos que trabajaron con Niña Pastori, Diego El Cigala o Alejandro Sanz, entre otros, y estamos satisfechos del resultado".

Mientras ultima su trabajo discográfico, Kiki se estrenó en la gran pantalla con un pequeño papel en la película Suerte, que se graba en la capital lucense. "Fue una experiencia muy positiva. Grabamos una escena en la antigua cárcel, en la sede de la Policía Local, y yo interpreté a un preso que cantaba y tocaba las palmas. Después de la escena", explica, "todo el equipo acabó cantando y bailando". Además, la voz de Santiago Cortiñas también formará parte de la banda sonora del filme.

A pesar de su extenso currículo, este lucense habla con humildad de lo mucho que todavía aprende escuchando a Paco de Lucía, Emilio Santiago o Benson, por citar algunos. De hecho, la calma que transmiten sus palabras no hacen presagiar el desgarro que su voz derrocha en sus actuaciones.

En cualquier caso, detrás de su serenidad se adivina el poderío de un artista, y no sólo por hacer de los escenarios su hábitat natural, sino porque una sola de sus palmadas, ya es música.

Comentarios