La fábrica de Cementos Cosmos de Oural está siendo sometida a una serie de obras de acondicionamiento para retomar la producción a mediados de mes tras cuatro años funcionando solo al 2% de su capacidad. Los principales trabajos afectan al horno de la cementera, donde se sustituye el ladrillo para fabricar de nuevo con vistas a la exportación para mercados como Colombia.
De igual modo, está llegando nuevo material al laboratorio, necesario para reiniciar la actividad en una planta que estuvo casi parada desde principios de 2013 y que acaba de recibir autorización ambiental integrada de la Xunta para aumentar tanto el tipo como el porcentaje de residuos que empleará como combustible para reducir sus costes energéticos.
La previsión es producir en este ejercicio unas 230.000 toneladas, en su mayor parte de cementos especiales, en los cuales la fábrica de Oural es experta por las condiciones de su horno y la calidad de la caliza procedente de Triacastela.
Se baraja el día 13 como fecha para comenzar a funcionar de nuevo estas instalaciones, aunque todo dependerá de la evolución de los trabajos previos. En principio, la actividad se mantendrá un mínimo de seis meses este año.
Los nuevos trabajadores firmarán sus contratos el próximo día 6. Se trata de 20 personas de nueva incorporación -todas ellas de la provincia de Lugo, según fuentes de la empresa-, las cuales tuvieron un proceso de formación en la propia fábrica. A estas 20 se suman los 14 empleados de Oural que ya estaban en plantilla y cinco más que llegan a la planta sarriana desde otras fábricas del mismo grupo para colaborar en este proceso de puesta en marcha.
A este personal propio se unirán otros de empresas auxiliares para limpieza o mecánica, así como transportistas, que ya comenzaron a realizar nuevos portes de caliza desde Triacastela.
COMBUSTIBLES. La fábrica de Oural tenía autorizado hasta el momento la coincineración de residuos no peligrosos, con una capacidad máxima de valorización de 40.000 toneladas al año y un porcentaje de sustitución térmica del 15%. En la nueva autorización ambiental, la empresa solicita ampliar los tipos y cantidades de residuos a utilizar, tanto como materia prima como combustible alternativo, para alcanzar las 60.000 toneladas al año y con un porcentaje de sustitución térmica máximo del 70% (reducido al 40% para los residuos peligrosos).
Entre los que ya tenía autorizados figuran neumáticos inservibles por desgaste o daño, vegetales procedentes de siegas o podas, restos de madera con origen en obras de demolición o construcción, y fragmentos ligeros de vehículos como salpicaderos, entre otros. En su nueva solicitud, pidió incluir papel, cartón, plástico, caucho, textiles, lodos, disolventes de limpieza o restos de pinturas.
La propuesta recibió una alegación de una asociación ambiental, que fue desestimada, al tiempo que se fijan medidas de control.
