Convento, escuela, acuartelamiento y ahora Ayuntamiento

El Campo de San Antonio y sus calles adyacentes son una de la zonas más antiguas y con mayor historia de la ciudad del Cabe. En el barrio se celebran todos los años por el 13 de junio, festivo local, unas grandes fiestas, comparables a las patronales de agosto
La plaza, a principios del siglo XX.
photo_camera La plaza, a principios del siglo XX.

El Campo de San Antonio es uno de los lugares más antiguos de la ciudad del Cabe. Se lo conoce por este nombre desde el siglo XVI, cuando se construyó el convento de San Antonio de Padua, de la orden franciscana, que fue abandonado forzosamente debido a la Desamortización. Durante un tiempo estuvo vacío y unas décadas después, por orden del administrador del conde de Lemos y duque de Alba, se llevó a cabo la demolición del edificio.

De él pocas cosas quedan, pero sí se conserva una pieza de enorme simbolismo para los monfortinos en general y para los vecinos del entorno en particular, un cruceiro del siglo XVI que hoy preside la plaza y que antes, décadas atrás, estuvo en la calle llamada Antonio Méndez Casal, la que conduce al puente medieval y al convento de la madres Clarisas.

Del extinto convento franciscano se pueden ver restos en algunos puntos de la ciudad, las casas más antiguas aprovecharon columnas de piedra de aquel cenobio como apoyatura de sus galerías.

El investigador de la historia de Monforte Felipe Aira Pardo señala que un altar del convento de San Antonio se encuentra en la iglesia parroquial de Piñeira y un bajorrelieve, en una capilla particular, la de San Pedro, situada en la Rúa Doutor Casares.

Dando un importante salto en el tiempo, hasta la dictadura del general Primo de Rivera, hay que recordar las gestiones realizadas por el alcalde de Monforte en aquel entonces, Antonio Dacal, para levantar el edificio donde actualmente se ubican las dependencias municipales. En su momento fue destinado a escuela de enseñanza y durante la Segunda República funcionó un instituto de enseñanza secundaria.

En el año 1939 llega a la ciudad el un batallón del Regimiento de Artillería de Zaragoza, con el objeto de quedar como guarnición permanente. Al no existir suficientes edificios donde albergar a las tropas, los munícipes decidieron que parte de los soldados ocupasen el colegio San Antonio, que dejó de estar dedicado a la enseñanza hace 15 años, cuando se construyó un colegio en la ronda urbana a fin de que el del Campo de San Antonio se convirtiese en sede del Ayuntamiento, proyecto ejecutado por el alcalde Nazario Pin.

Otro proyecto importante acometido en la zona fue la reurbanización llevada a cabo años atrás por el actual equipo de gobierno monfortino encabeza por Severino Rodríguez, consistente en empedrar la plaza y las aceras de las calles adyacentes.

MAS HISTORIA. El Campo de San Antonio no se entiende sin sus fiestas, las que se celebran cada 13 de junio, día festivo local, en honor al santo. Son, después de las patronales, las de mayor valía de la ciudad del Cabe, tanto por la calidad de las actuaciones que los ramistas de la comisión se encargan de traer para amenizar los bailes de tarde y noche como por las cientos y cientos de personas de toda la comarca que acuden a ellas.

Fue en el año 1957 cuando los festejos contaron por primera vez con un grupo musical. Antes, los encargados de llenar de notas el ambiente eran gaiteiros y bandas de música.

Los primeros festejos con grupo musical que se celebraron fueron los de 1957, que costaron unas 30.000 pesetas

En ese año, una comisión formada por diez jóvenes vecinos del barrio (Manolo, Tito, Juan, José Luis, Meneo, Choni y Antonio, entre otros) fueron los que acercaron hasta sus fiestas a Los Pontinos, un cuarteto de Ourense. Todo un éxito.

Aquel año, las fiestas habían costado 30.000 pesetas, una cantidad más que respetable para la época. Para conseguir el dinero se pedía por las casas y locales comerciales de Monforte. También se habían sorteado varios objetos de valor para aquellos tiempos, como una máquina de coser y una olla a presión.

Asimismo, la imaginación era importante para lograr unas fiestas lo más vistosas posibles. Esas banderitas de papel que han ido dejándose de poner en muchos festejos habían sido confeccionadas por los propios ramistas. Encargadas las formas en una imprenta de la ciudad, la comisión se dedicó a pintarlas y unirlas a una cuerda y, así, poder adornar todo el barrio.

Son las gentes de este barrio las que cuentan estas anécdotas, vecinos que siguen manteniendo la tradición de invitar a comer a sus casas a familiares y amigos por el día de San Antonio. Del horno de Os Abeledos, ese día, no paran de salir, entre otras viandas, cabritos y corderos asados.

Los primeros festejos con grupo musical que se celebraron fueron los de 1957, que costaron unas 30.000 pesetas

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