Conductor de primera a los 95 años

Santiago Gómez Bermúdez (Foto: María Roca)
photo_camera Santiago Gómez Bermúdez (Foto: María Roca)

Probablemente muchas de las personas con carné de conducir se consideren buenas conductoras, pero eso es algo que pocos pueden mostrar con hechos como puede ser, por ejemplo, el no haber tenido nunca un accidente de tráfico. Para el vilalbés Santiago Gómez Bermúdez, conocido como Santiago da Pequena, esto es algo de lo que puede presumir, a pesar de que él lo atribuye a «la suerte, no a que sepa más que los demás», aunque lo realmente sorprendente es que esto lo pueda decir a sus 95 años y con 80 de experiencia al volante.

Santiago da Pequena, nombre que le viene del barrio de la parroquia de Lanzós en el que vive, recibió el sábado 18 de abril un emotivo homenaje por su trayectoria en el mundillo de los vehículos de todo tipo. En el acto participaron alrededor de 70 personas.

El evento contó además con una caravana de una veintena de vehículos antiguos, entre los que destacaban un Ford modelo T, declarado el coche del siglo; un Fiat de 1919, un Citroën de cinco caballos, varios Mercedes y un camión Saurer. Todos ellos se desplazaron hasta Lanzós para celebrar una misa en honor a Santiago Gómez, tras la que siguió una comida en el hostal ‘Terra Chá’.

Este nonagenario vilalbés agredeció el homenaje y recordó que «yo nací para esto», refiriéndose a su trabajo con los coches. Y es que en su juventud tuvo camiones de transporte asociado con Jesús Rego y alternaba este trabajo con subastas de vehículos del Ejército, de los que se sacaban las piezas para armar camiones. «Apareció una vez con una ambulancia hispano- suiza muy bonita», explicó Manuel Vérez, uno de los promotores del homenaje.

Santiago da Pequena aprendió a conducir con 15 años en un Ford T y sacó el carné hace 75, un documento que le caducó hace unos días y que no cuenta con renovar ya que «la vista y los reflejos ya no son los mismos». «Por aquel entonces, en Lanzós sólo teníamos el carné yo y un señor que vino de Cuba», recordó. «No había intermitentes y las señales las hacíamos indicando con el brazo por la ventanilla, y podías ir de Vilalba a Lugo sin cruzarte con otro coche en todo el camino», continuó.

Su experiencia contrasta con la forma de conducir de hoy en día, sobre todo la de los noveles. «Van a demasiada velocidad y tienen que darse cuenta de que en un momento de apuro es difícil dominar un coche», afirmó este histórico del volante.

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