Condenado un monitor por abusos a un niño en un campamento de Cervo

El Penal número 1 de Lugo impuso una pena de dos años de prisión a un monitor de un campamento de verano -organizado en Cervo en julio de 2007- por realizar «tocamientos lascivos» a un niño de doce años.

La sentencia considera probado que el acusado, D.R.M., de 45 años de edad, desempeñaba las funciones de entrenador de fútbol y monitor en un campamento infantil que se llevaba a cabo en el citado municipio mariñano. Aprovechando esta situación, y a pesar de que disponía de una cama en la habitación que compartían todos los monitores, el procesado decidió dormir en las dependencias que ocupaban varios niños, pertenecientes al equipo de la categoría alevín.

Una noche el hombre se acercó a uno de los menores, que se encontraba durmiendo, y le tocó los genitales, «llegando a introducirlos en su boca». En ese momento, el niño -que contaba entonces con doce años de edad- se despertó, por lo que el monitor cesó de inmediato en su actitud y regresó a su cama.

Defensa

En el transcurso de la vista oral, celebrada el pasado 19 de noviembre, el acusado reconoció que fue a la habitación de los menores porque no podía dormir debido a los ronquidos de sus compañeros y porque los chicos estaban armando jaleo.

Sin embargo, negó en todo momento que abusara del menor y afirmó que no había pasado nada y que su relación con los niños siempre fue correcta.

A pesar de las declaraciones del acusado, la jueza del Penal 1 considera que es «inimaginable» que todo haya sido un invento del joven, quien ofreció un testimonio persistente y firme en el tiempo, «sin ambigüedad ni contradicciones», apunta. La sentencia hace hincapié en que el joven reiteró su incriminación durante la vista oral y aseguró que notó como le tocaron y que vio claramente que se trataba del acusado.

Además, el padre del joven explicó que se enteró de lo sucedido al cabo de bastante tiempo, cuando se encontraba en la cocina de su casa con su hijo, su compañera sentimental y el hijo de ésta, que también había ido al campamento. El progenitor dijo que cuando se enteró «se puso loco» y que no pensó en pedirle explicaciones al monitor, «porque si lo veo no me pongo a hablar», declaró.

El hombre aseguró que creía la versión de su hijo, ya que le había explicado que se trataba de una explicación muy grave y que tenía que decir la verdad, «pero me lo juró y decidí denunciar», aclaró.

Indemnización

Además de la pena de dos años de prisión -seis meses menos de lo que solicitaba el ministerio fiscal-, la jueza le impuso al acusado la prohibición de aproximarse o comunicarse con el menor durante cinco años.

Asimismo, el monitor condenado tendrá que indemnizar al menor en 3.000 euros por el daño moral que le ocasionó, una cantidad que la jueza considera adecuada, «aunque no sirva en modo alguno para la reparación total del daño causado», expone.

Contra esta sentencia del juzgado de lo Penal número 1 de Lugo todavía cabe recurso.

LA VÍCTIMA
«Entrenando, nos llamaba muñequitas y nos grababa»

El juicio contra D.R.M. fue celebrado el pasado 19 de noviembre a puerta cerrada, por lo que en ese momento no trascendieron las declaraciones de los implicados. La sentencia explica que el menor mantuvo en todo momento su versión y declaró que, cuando se iban a entrenar a fútbol sala, el acusado les grababa y les llamaba «muñequitas».

Pensaron que era broma

Al día siguiente de los hechos, el menor contó lo sucedido al hijo de la compañera sentimental de su padre y a otros niños, pero les dijo que no se lo contaran a nadie porque le daba vergüenza. Tal y como confirmó este menor, los chicos se rieron y le restaron importancia porque pensaron que era una broma, «ya que siempre estábamos de cachondeo».

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