Condenado por herir a dos agentes en una persecución de película en coche

C.V.C., de 37 años y natural de Meis, aceptó ayer una condena de dos años de prisión y tres de retirada de carné de conducir tras reconocerse culpable de haber conducido temerariamente y haber herido a dos agentes durante un espectacular persecución que se prolongó durante 40 kilómetros. La Fiscalía tuvo en cuenta la atenuante de trastorno psíquico para rebajar la petición inicial de seis años de cárcel.

Según el relato de los hechos del escrito de acusación, el condenado circulaba en la mañana del 14 de abril de 2008 por la carretera N-634. Al pasar con su Peugeot 206 a la altura de un control de la Guardia Civil, hizo sonar ostensiblemente el claxon, por lo que una patrulla inició su persecución, haciéndole indicaciones luminosas y acústicas para que parase. Lejos de hacerlo, prosiguió su marcha a gran velocidad, intentando en una decena de ocasiones embestir al vehículo policial y conduciendo en zig-zag, invadiendo reiteradamente el carril contrario.

Los agentes avisaron entonces al puesto de la Guardia Civil de Mondoñedo, que colocó su patrulla a la altura del cementerio taponando el carril por el que conducía C.V.C. Cuando llegó a su altura, esquivó el vehículo e intentó atropellar a los agentes, que se sumaron a la persecución.

Carretera bloqueada

Más adelante ya le esperaban otros guardias del puesto de Foz y de la patrulla de Tráfico de Burela. Habían procedido a bloquear la carretera en ambos sentidos con dos camiones más otra patrulla. Tras reducir la velocidad e intentar atropellar a los agentes, consiguió esquivar también los vehículos que taponaban su marcha.

Fue cuatro kilómetros más adelante cuando el conductor consiguió embestir a una de las patrullas que le perseguían, provocando además la colisión con otro de los coches que venían acosándole. Los tres vehículos acabaron fuera de la carretera, momento en que varios agentes aprovecharon para sacarlo del coche. Tampoco les fue fácil, porque se resistió a la detención a patadas, mientras lanzaba insultos de todo tipo.

Al final, uno de los agentes sufrió varios esguinces y contusiones por el accidente que tardaron en curar 160 días. Otro acabó con lesiones debido a los golpes durante la detención.

Por todos estos hechos, la Fiscalía solicitaba seis años de prisión, por un delito de conducción temeraria, otro continuado de atentado y otro más de lesiones. La defensa del acusado consiguió llegar a un acuerdo de dos años de prisión.

Comentarios