Condenado a año y medio de prisión por la muerte de un empleado en Abadín

El joven falleció atrapado bajo la rueda del tractor que conducía, que volcó y ardió en una finca con gran pendiente en Quende ►La familia solicita una indemnización de 300.000 euros, aunque la aseguradora cree que hubo imprudencia del trabajador
Los servicios de emergencias rescatan el cadáver del empleado fallecido en Quende en 2014
photo_camera Los servicios de emergencias rescatan el cadáver del empleado fallecido en Quende en 2014

Un empresario lucense, A.L.L., propietario de una firma de servicios agrícolas, fue condenado el lunes a un año y medio de prisión como responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores, en concurso con otro por imprudencia grave, por la muerte de uno de sus empleados en septiembre del año 2014, cuando este desbrozaba con un tractor una finca en la parroquia de Quende, en el municipio de Abadín.

El condenado, que ha sido además inhabilitado para dirigir empresas del sector durante dos años, llegó a un acuerdo con la Fiscalía y las partes personadas en el procedimiento para declararse culpable y obtener una rebaja de la pena que le solicitaban en principio, de tres años de prisión. De este modo, además, evitó ingresar en la cárcel, ya que se le suspendió a condición de que no delinca en los próximos tres años y de que haga frente a la responsabilidad civil.

De hecho, una vez pactada la responsabilidad penal, el juicio que se celebró el lunes en el juzgado Penal 2 de Lugo se centró en exclusiva en la civil, a la que deberá hacer frente la aseguradora Mapfre. La Fiscalía solicitaba en su escrito de acusación que la compañía de seguros abonara en concepto de indemnización 130.000 euros a los padres del fallecido y 20.000 euros a su hermano. La familia, por su parte, elevó su reclamación hasta los 250.000 euros para los padres y los 50.000 para el hermano.

En estas circunstancias, la vista oral se centró en el debate sobre la indemnización, en el que la defensa de Mapfre cuestionó las cuantías que se solicitaban y argumentó que se produjo una concurrencia de culpa de la víctima, al ignorar las mínimas prevenciones de seguridad y ponerse en riesgo en un terreno muy empinado.

La pendiente de la finca que el fallecido desbrozada con el tractor de la empresa de A.L.L. es la clave de lo sucedido. Según el relato de los hechos recogido por Fiscalía y aceptado por la partes, se trataba de una finca en Quende en la que la pendiente cambia bruscamente a mitad del terreno, hasta llegar a un desnivel del 45,2% y con un ángulo de inclinación de 24 grados.

El tractor tenía enganchada una desbrozadora de martillos y, cuando el conductor trataba de descender por la pendiente marcha, dio un pequeño giro que hizo volcar la máquina y se despeñó hasta el fondo, quedando encajada en el lecho de un arroyo. El trabajador salió a su vez despedido y quedó enganchado por una pierna bajo una de las ruedas traseras.

En esa situación permaneció unos treinta minutos, sin que el propietario de la finca pudiera hacer nada para liberarlo. El grave problema vino después, cuando el tractor comenzó a arder y el fuego alcanzó al joven. El dueño de la finca trató de apagarlo, pero el extintor estaba estropeado porque le faltaba la anilla.

El escrito de acusación considera que la empresa no se había encargado de impartir a su empleado la formación en riesgos laborales necesaria, y que la que tenía había sido en la modalidad de a distancia y sin práctica alguna. Además, recoge que el mismo plan de evaluación de riesgos de la empresa establecía expresamente que «no se permitirá que un trabajador sin experiencia trabaje en solitario en áreas de ladera». Como medida preventiva se establecía «evitar trabajar en curvas de nivel en puntos de más del 20%» sin contrapesos.

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