El comienzo de una lucha que aún se está gestando

En 2020, la reivindicación de la mujer sigue siendo asunto pendiente, por el que miles siguen trabajando. Alcanzar la igualdad de géneros no es una batalla que solo se ha librado en la actualidad, cuando el feminismo cobra protagonismo. Hace 87 años, se dio un paso importantísimo en la lucha por conseguir un trato igualitario entre hombres y mujeres.

El voto fue el comienzo de una batalla sin tregua

La historia de España registra un hecho crucial que dio impulso a la reivindicación femenina en el país. En 1933, un 19 de noviembre se celebraron unas elecciones sin precedentes. Si bien a las mujeres en España se les había permitido el voto pasivo, fue en estas elecciones donde su papel cobró relevancia en materia política.

Antes de esa fecha, resultaba irrisorio que las mujeres pudiesen formar parte del Congreso, sin el derecho al sufragio. Sin embargo, Clara Campoamor realizó un discurso que terminó por callar la oposición y generar la aprobación del sufragio activo femenino. Ella resultó ser pieza clave para conseguir la redención de la mujer en sus tiempos.

En 1931 fue reconocido el derecho al voto en la mujer, pero no fue sino dos años después cuando pudo verse el fruto de la lucha a favor de este grupo. Aunque este derecho fue reconocido con un margen bajo de diferencia, el 19 de noviembre más de 6 millones de mujeres pudieron alzar su voz y tomar partido en procesos políticos.

Este 2020 se cumplen 87 años de estas elecciones generales, tras lo cual comenzó una lucha férrea por conseguir la igualdad de género. Sin embargo, el camino recorrido no ha sido fácil. Todavía en España, la posición de la mujer sigue en desventaja en comparación a la posición masculina, en todos los sectores.

¿El sexo débil o desfavorecido?

La igualdad de género ha sido una lucha que desde sus inicios no ha parado. Pero aunque las estrategias cada vez son más impositivas y sustentadas con pruebas de su necesidad, no se ha conseguido igualdad plena entre ambos sexos. Miles de años han demostrado que la mujer no es el sexo débil, pero parece en materia social si es el sexo desfavorecido.

Por ejemplo, España es uno de los países donde aún se cometen feminicidios; nada más en 2019 ocurrieron casi 100 casos. La violencia contra la mujer ha llegado a convertirse en el pan de todos los días en cualquier país, al punto que la OMS ha considerado declararlo un problema global.

Pero las desventajas para la mujer no se limitan a estas situaciones que ponen en riesgo su salud física. Las mujeres son menos favorecidas en el plano laboral y financiero. Por ejemplo, aún hoy, conseguir un empleo digno y bien remunerado es más fácil si eres hombre.

Por otro lado, en materia financiera se estima que las mujeres solo disfrutan del 75 % de los derechos que se otorgan a la población masculina. No en vano, millones de mujeres encabezan movimientos feministas que persiguen objetivos similares a los de Clara Campoamor, enaltecer el papel de la mujer como una figura social de gran valor.

¿La lucha se ha detenido?

Obtener el derecho a elegir un gobernante fue tan solo uno de los pasos a favor de la lucha de la reivindicación femenina. Quienes apoyan que la mujer logre las mismas ventajas que poseen los hombres, basta recordar las marchas que surgieron en Madrid el 8 de marzo.

La población femenina está hastiada de pertenecer a un sector en minusvalía, cuando en teoría son mayoría. Y ahora, recibe el apoyo de grupos trans, quienes perciben un trato parecido e incluso peor que las mujeres.

Luchar para conseguir la igualdad de géneros ha sido tarea activa durante este 2020, aunque la COVID-19 no ha permitido marchas multitudinarias. Por ejemplo, ya se están preparando actividades informativas y de concientización sobre la violencia contra la mujer; que se realizarán el 25 de noviembre, día que se conmemora esta lucha.

¿Se logrará algún día que hombres y mujeres sean vistos como iguales? El empoderamiento femenino que dio comienzo hace 87 años no cesa en sus empeños de conseguir libertad y felicidad plena, aunque su avance sea lento. Mientras tanto, quienes están a favor de la equidad de derechos, siguen presentando su frente de batalla para destruir este prejuicio que tanto daño ha causado.

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