Coherencia y memoria


VIERNES
En un acto sencillo pero por ello mismo lleno de autenticidad, el presidente de la Diputación entrega a la familia de Luis Cordeiro la Praca de Honra de la provincia, galardón cuya existencia desconocíamos. Allí coincidimos los amigos de Luis de toda la vida, además de la cuota de zoología política inevitable, siempre tratando de hacerse un hueco en la fotografía.

El empeño y la gestión de Luis Cordeiro resultaron imprescindibles para la puesta en marcha de la facultad de Veterinaria, eje del actual campus lucense. Cuestión de justicia: una de las calles de ese entorno debería estar rotulada con su nombre.

SÁBADO
Todavía no hablé con don Santos, de modo que no sé si se ha quedado satisfecho con su nombramiento de director honorario del museo catedralicio de Mondoñedo. A lo mejor no, porque ya sabemos que don Santos es muy suyo. En todo caso, a mí me ha parecido bien el gesto del obispo SánChez Monge: rectificar no es prueba de debilidad sino de inteligencia.

LUNES
Siempre es un placer recibir carta de David Álvarez Carballido, 87 años de asombrosa lucidez mental y coherencia política, irrepetible ejemplo de generosidad y sacrificio. Desde su casa de San Martiño de Suarna, en las altas tierras fonsagradinas, David aprendió a leer, como quien dice, en las páginas de El Sol, el periódico de Urgoiti, al que su padre se suscribió en los estertores de la Dictadura de Primo de Rivera. Luego, se pasó a La Libertad (del que, dicho sea de paso, fue subdirector Haro Delage, el padre de Haro Tecglen), que llegaba a Fonsagrada con dos días de retraso y leía en voz alta para los vecinos un hermano de David, nuestro amigo Leonardo, durante muchos años corresponsal de El Progreso. La República, el triunfo del Frente Popular, la Guerra Civil, las etapas más duras del franquismo, la clandestinidad heroica: todo está vivo en la memoria prodigiosa de David, a quien deseamos hacer llegar nuestro abrazo lleno de afecto y admiración.

MARTES
Soy escéptico acerca de las posibilidades de que la casa de Carmiña Cunqueiro, en la plaza de la catedral de Mondoñedo, sea adquirida por alguna institución pública, ya sea el Concello, el ministerio de Cultura (César Antonio Molina es un cunqueiriano de siempre) o la Xunta. Yo tenía idea de que esa casa, donde don Álvaro vivió y escribió, aunque no nació, atesoraba papeles y originales, además de otros objetos personales, pertenecientes al escritor. Si siguen allí y entran en la oferta de venta, bueno. De lo contrario, los más de 90 millones de pesetas que, por lo visto, el actual propietario pide por el inmueble me parecen un precio un tanto excesivo.

MIÉRCOLES
Se mantiene, aunque un poco mortecino, el Día del Libro. Gran parte de la importancia que tuvo durante muchos años se la comió el Día das Letras Galegas, fiesta de guardar, es decir, a medio camino entre lo patriótico y lo folklórico, una especie de 18 de Julio literario. 

El Día del Libro nació durante la Dictadura de Primo de Rivera, a propuesta, me parece, de un editor catalán. Ahora, desde hace pocos años, su denominación oficial es la de Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor, por una de esas tonterías que de vez en cuando se le ocurren a los pazguatos de la Unesco.

Supongo que hoy algunas librerías de Lugo volverán a instalar el mostrador en la Praza Maior, al refugio de los soportales. Ni con el reclamo del descuento venderán más allá de cualquier otro día, es decir, poco. En la calle del Progreso, un escaparate está dedicado a Rusadir, la última novela de Nieves Villanueva. Tengo la impresión de que es la única novedad literaria lucense. El resto, autoayuda, allanamiento ruizafónico y héroes del 2 de Mayo.

JUEVES
Una amistosa consulta sobre el papel desempeñado en Viveiro por García Atadell cuando la proclamación de la República me animó a darle una vuelta a un tema que me interesa de antiguo y que siempre dejo aplazado: las colaboraciones del tipógrafo y dirigente socialista viveirense en los periódicos madrileños. Sabía que eran anteriores al 14 de abril y hasta tenía localizado algún dato preciso, luego traspapelado, claro. Por lo menos uno sí acabo de reencontralo: un artículo, idolátrico más que encomiástico, sobre Pablo Iglesias, acogido en agosto de 1930 en el semanario Mundo Gráfico, que dirigía José Demaría, o sea Campúa padre. Al lector de cierta edad le sonará más Campúa hijo, autor de algunas imprescindibles fotografías históricas de la España del siglo XX. Por ejemplo, la de Franco con unos prismáticos en el frente de Teruel.

(Foto: Pepe Álvez)

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