Claves para contratar Internet por primera vez

Un ordenador
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Si acabas de llegar a una nueva vivienda, además de dar de alta los diferentes suministros de luz, agua y gas, también deberás contratar internet, ya que tener acceso al mundo online se ha convertido en algo indispensable para todos los hogares.

Totalmente necesario, el problema que surge al contratar Internet, es que dada la amplia oferta de compañías que ofertan el servicio de Internet, puede resultar complicado decantarse por una compañía en concreto, así como acertar con tu elección.

Conscientes de ello, a continuación vamos a darte una serie de consejos que serán clave para contratar por internet por primera vez en tu vivienda, ayudándote a acertar y también a ahorrar en tu factura mensual.

Aprovecha las ofertas promocionales

La gran mayoría de compañías cuentan con diferentes ofertas promocionales para la contratación de internet, que te permiten disfrutar de un precio más bajo durante un periodo de tiempo determinado. Por lo general, este periodo suele oscilar entre los seis y los doce meses, aunque podría variar en función de cada compañía.

Es altamente recomendable aprovechar estas ofertas, ya que aunque es cierto que finalizado ese periodo el precio aumentará, durante todo ese periodo estarás disfrutando de Internet a un precio muy inferior a su precio real.

Y si lo que te preocupa es el precio final que deberás pagar una vez finalizado el periodo promocional, debes saber que por lo general la mayoría de compañías ofrecen este tipo de promociones sin permanencia. Esto significa que si una vez finalizada la oferta deseas cambiar a otra compañía, y volver a beneficiarte de otra oferta, podrás hacerlo sin ningún tipo de problema.

¿ADSL o fibra óptica?

El siguiente paso será escoger entre contratar ADSL o fibra óptica, que son los tipos de conexiones por excelencia. Si optas por el segundo caso, previamente deberás comprobar si tu hogar está habilitado y cuenta con cobertura de fibra. De lo contrario, estarás obligado a recurrir a la ADSL.

La conexión ADSL se caracteriza por realizarse mediante hilos de cobre trenzados que emiten una señal eléctrica, y aunque hasta hace poco tiempo era la opción más demandada y fiable, lo cierto es que en los últimos años la fibra óptica está ganándole protagonismo, principalmente porque ofrece una mayor velocidad.

A la hora de contratar ADSL, si vives cerca de la central telefónica, recibirás una velocidad de conexión muy similar a la contratada. Si en cambio te encuentras lejos de la central y no tienes demasiada cobertura, la conexión ADSL podría dejar mucho que desear, resultando más lenta de lo esperado y provocando múltiples interrupciones.

Por el contrario, la fibra óptica garantiza la velocidad de conexión realmente contratada, ya que está compuesta por hilos de vidrio o de plástico que envían señales de luz, que no sufren ningún tipo de interferencia ante posibles cambios de temperatura o de tensión.

Aunque mucha gente lo desconoce, existen dos tipos de fibra óptica que hay que saber diferenciar:

  • Fibra óptica pura (FTTH): el cable de fibra conecta directamente la central de la compañía con tu vivienda, sin precisar la intervención de ninguna otra tecnología ni cableado para tener conexión.
  • Fibra óptica híbrida (HFC): utiliza un cable coaxial que permite que la conexión llegue a tu hogar, y a la vez utiliza también el cable de fibra óptica convencional.  

Podríamos decir que el único inconveniente de la fibra óptica, es que podría ocurrir que tu hogar no tuviera cobertura disponible.

¿Qué velocidad necesitas contratar?

Otro punto importante es escoger la velocidad de conexión que vas a contratar, la cual deberá adaptarse a tus necesidades si quieres disfrutar de una navegación cómoda y eficaz.

Todo dependerá del uso que hagas de Internet, y también del tamaño de la vivienda, así como de la distancia a la que estén situados los dispositivos que utilizas para acceder a la red.

Obviamente, cuanta más velocidad contrates, más elevado será el precio de la tarifa contratada, por ello te recomendamos que optes por una velocidad que cumpla con tus necesidades, ya que de lo contrario tendrás que pagar una cantidad superior, cuando en realidad no le sacas todo el partido que deberías.

Si haces un uso intenso de Internet, lo utilizas para trabajar y necesitas que te ofrezca el máximo rendimiento en todo momento, lo más recomendable sería optar por una velocidad de 100 MB o 300 MB. Si por el contrario no haces demasiado uso de Internet, más allá que para navegar con tu teléfono móvil o consultar el correo electrónico, posiblemente te bastaría con una conexión de 20 MB o 50 MB.

En cualquier caso, una vez tengas Internet en casa, te recomendamos que realices un test de velocidad, que te permita comprobar si efectivamente la velocidad de tu Internet se ajusta a la que hayas contratado. 
 

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