Cincuenta años de Cáritas

CÁRITAS cumple cincuenta años y lo hace en medio de una profunda crisis que hace que el número de personas que acuden a ella en busca de ayuda no cese de crecer. El empobrecimiento que ven cada día los voluntarios de Cáritas retrotrae a España muchos años atrás, cuando los servicios sociales estaban en pañales. Ahora, cinco lustros después, el Estado de Derecho que tanto costó levantar no es capaz tampoco de atender a las miles de personas que viven bajo el umbral de la pobreza y son las propias administraciones las que remiten a los necesitados a Cáritas para que sea ella la que los ayude. Y esta entidad lo puede hacer porque la crisis, además de golpear duro, también saca lo mejor de la sociedad, como lo demuestra que los donativos anónimos de ciudadanos de a pie a esta organización hayan crecido un 90%. Pero el propio secretario general de Cáritas dice que esa no es la solución: «No podemos dar por caridad lo que nos corresponde por Justicia». Y tiene razón. Él pide una renta básica para familias que ya no tienen ningún ingreso, que se cree empleo y una mayor colaboración contra la pobreza. No será fácil lograrlo. El camino será largo, pero, mientras se recorre, Cáritas lo seguirá haciendo más llevadero a miles personas.

Aborto y natalidad

La reforma de la ley del aborto será beneficiosa económicamente para España porque aumentará la natalidad. No es un chiste malo, sino uno de los argumentos del equipo de Ruiz Gallardón para defender un proyecto legislativo cuya mala gestión es difícilmente superable, empezando por el empeño del ministro en no quererlo consensuar ni con su partido. Decir que la reforma beneficiará a la economía no solo es ridículo, sino una falta de respeto a unas mujeres a las que se presenta, a su pesar, como meras máquinas reproductoras.

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