Cimas y hospitales

Definitivamente las cosas están cambiando. Incluso allí donde las tradiciones forman parte de la genética colectiva, en la flemática Gran Bretaña.

Una de las joyas de la corona, la sacrosanta cadena pública BBC sucumbe a la fuerza del cambio y contará a partir de ahora -y por primera vez en sus casi cien años de historia- con una presidencia femenina.

Rona Fairhead, hasta ahora consejera delegada del Financial Times, se convertirá el próximo 9 de septiembre en la presidenta del consejo de administración de la BBC. La noticia es de relevancia y no solo por la trascendencia del cargo en el conjunto de la vida política, social y económica británica, sino porque se trata de uno de los medios de mayor influencia y tradición del planeta, a pesar de que últimamente los escándalos y los duros recortes presupuestarios le auguran a esta joven directiva un futuro de desafíos permanentes.

Fairhead ya ha demostrado sobradamente sus capacidades como alta ejecutiva, tanto en el banco HSBC, como en PepsiCo, cargos que desempeñó antes de ocupar un sillón en el consejo del poderoso Financial Times. No es frecuente encontrar a mujeres en las cumbres de los medios de comunicación. Hace unos meses aplaudimos la designación de una mujer al frente de otro monstruo del periodismo, el diario francés Le Monde. Ahora, del otro lado del canal de la Mancha, también se hace historia.

En la política internacional también debemos aplaudir la elección de la joven italiana, Federica Mogherini como jefa de la diplomacia europea. Es cierto que sustituye a otra mujer, pero vistos los temores a que la presencia femenina baje en la nueva etapa que se inicia  en la UE, el continuismo es de agradecer. Más aún: el hecho de que sea una mujer quien lleve las riendas de la diplomacia de la UE tiene mayor relevancia dada la delicada situación que se vive en Ucrania y, por supuesto, el peligroso e incierto futuro que se vislumbra en Oriente Próximo.

En el mundo deportivo, si la semana pasada Mireia Belmonte nos emocionaba con sus medallas, esta semana el oro nos llega desde Dinamarca donde una joven deportista, Carolina Marín, se ha convertido en la campeona del mundo de bádminton.

Después de una semana negra de violencia de género en la que hemos alcanzado tristes récords de mujeres asesinadas por sus maridos, novios o parejas que se niegan a admitir que ellas no son suyas, se agradece conocer nombres propios de mujeres que llegan a la cima. Cuando no hay barreras, cuando el camino se abre sin prejuicios ni estereotipos, las mujeres alcanzan el podio con la naturalidad de Mireia o Carolina.

Pero que este éxito no nos nuble la vista: en Lugo, en el hospital Lucus Augusti, Sonia se aferra a la vida después de que su pareja le pegase un tiro. Para ella no hay podios. Para ella lo que debe haber es la máxima atención y apoyo. Y como mejor regalo, el empeño de todos para que su caso no se vuelva a repetir nunca.

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