Cien años no son nada

Manuela Villar recibiendo regalos de la directora de la residencia de mayores de Burela. (Foto: Antonio López)
photo_camera Manuela Villar recibiendo regalos de la directora de la residencia de mayores de Burela. (Foto: Antonio López)

María Manuela Villar nació en 1914 en O Trobo, una parroquia de Ourol y lleva viviendo varios años en la residencia para mayores de Burela. Ayer cumplió cien años de vida.

Mientras repartía besos entre sus compañeros, todos querían felicitarla, Manuela explicaba que ha vivido mucho, que ha sido muy feliz pero que también pasó por situaciones muy difíciles y apuntaba que fue muy duro tener que emigrar a Buenos Aires, porque en la postguerra «aquí no había nada» y por eso tomó la dura decisión, junto con su marido, de marcharse a Argentina. Allí trabajó de asistenta del hogar, durante muchos años, para una reconocida doctora.

También recordó que uno de los peores momentos de su vida fue la pérdida de su hijo, muy joven, pero le dejó una nieta y señaló muy emocionada que «hasta tengo un bisnieto en Argentina».

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