Un centenar de personas disponen en la provincia de Lugo de la carta de artesanos, que los acredita como profesionales, aunque desde el Centro de Artesanía e Deseño (Centrad) se advierte de que no hay datos totalmente exactos, porque es un sector muy fragmentado. En la actualidad, esta entidad está elaborando un catálogo, que posiblemente salga en junio, y que ofrecerá datos más fiables.
«Entre los que disponen de carta, lo que confirma su formación, hay de todo: profesionales que están dados de alta oficialmente como cualquier autónomo y que viven de su trabajo en este sector, hasta otros que tienen la artesanía como un entretenimiento», explica Margarita López, directora del Centrad.
Vivir de la artesanía no resulta nada fácil, pero algunos artistas han descubierto que introducir el diseño en sus creaciones «supone darles un plus de innovación que da lugar a un producto más fácil de colocar en el mercado», explica Margarita López. En este sentido, añade que «es muy importante proteger y potenciar la artesanía tradicional, pero no hay que ser tan purista como para ahogar ese oficio. Hay un punto de intersección que es preciso aprovechar y algunos ya han empezado a explorar y les va bastante bien».
Regina Polín, la diputada provincial socialista responsable del Centrad, es de la misma opinión que la directora del centro. «Un artesano innovador, que ofrezca un producto diferente puede vivir de su trabajo, por eso, desde el centro pretendemos abrir una nueva etapa y potenciar no solo este tipo de trabajo, sino ayudarles a crear mercado para sus productos», aduce.
Estos son los casos de tres artesanos creativos, con proyectos completamente distintos e innovadores, pero que han convertido la artesanía en su modo de vida.
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Idoia Cuesta Idoia Cuesta estudió Biología y posiblemente durante su época en la universidad jamás se planteó la posibilidad de aplicar sus conocimientos sobre vegetales a algo como la artesanía. «Parece que la Biología y la artesanía no tienen nada que ver, pero todo empezó porque me dieron una beca de la Diputación para escribir un libro, que se llama ‘Guía de plantas cesteables de Galicia’, y que me hizo tomar interés por el tema», explica. Después, llegó el momento de la formación que hizo en el Centro de Artesanía e Deseño, «aunque también tengo algo de autodidacta», dice. Con esos conocimientos obtuvo los carnés oficiales de cestería y textil. Ahora, desde su taller de la parroquia de Cela, en el municipio de Outeiro de Rei, realiza todo tipo de objetos utilizando la técnica de la cestería, pero con materiales textiles, como la lana afiltrada (de unos 3 centímetros de diámetro), y otras fibras naturales como el yute, el cáñamo o el esparto. Sus trabajos consisten fundamentalmente en cestos decorativos y todo tipo de complementos de moda. Precisamente, su relación con el sector del diseño de ropa de Galicia le ha dado grandes alegrías «En colaboración con la diseñadora gallega Sara Cóleman, de Ares, preparé los complementos para la presentación en la pasarela Madrid Fashion Week de su colección primavera-verano en 2011 y la verdad es que llamó mucho la atención», explica. Su colaboración con la diseñadora gallega fue en la elaboración de tocados, bolsos y bisutería. Para promocionarse va a muchas ferias, no solo en Galicia y España, sino a nivel internacional. «Por ejemplo, este mes iré a París para enseñar mi producción en la París Maison Object, a la que acuden compradores de toda Europa. «En la actualidad, vendo por encargo en Galicia y España, pero también en otros países de Europa, como Francia e Italia. Incluso, he mandado un pedido a Japón», comenta. Cuando se le pregunta si se puede vivir de la artesanía se ríe, pero admite que «la gente válida subsiste, si hace un producto de calidad y diferente, en el que el diseño es básico». Idoia, que también ha recibido un premio nacional de artesanía y pronto estará en otra pasarela en Barcelona, asegura que «a pesar de la crisis tengo muchos pedidos y, de hecho, estoy pensando en contratar ayuda, porque yo sola no puedo». |
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Yolanda Álvarez Yolanda, que era fotógrafa profesional para una editorial de Madrid, vivió durante años en Brasil, en contacto directo con tribus indígenas, cuya artesanía la dejó impresionada. «El trabajo manual de los indígenas se está perdiendo, porque el Gobierno los está trasladando de sus territorios para construir grandes hidroeléctricas y reubicándolos en viviendas cerca de poblaciones en las que no son bien recibidos», explica. De vuelta a España, comienza a trabajar la artesanía. Recibe semillas de una cooperativa indígena que comercializa productos naturales y recoge conchas en las playas de A Mariña. Con estos materiales, una tenaza y un alicate, elaboran bisutería y complementos del hogar, como cortinas o móviles. Recientemente, expusieron su obra durante tres meses en el Centro Comarcal de A Mariña Occidental, en Viveiro, con un gran éxito. Yolanda reconoce que «vivir de la artesanía, mejor dicho subsistir, lleva muchos años hasta que te das a conocer y exige mucha constancia. Además, es imprescindible ofrecer un producto que guste». En este sentido, añade que «respeto a todo tipo de artesanos, pero hace falta creación y diseño. Aún usando materiales clásicos, se puede innovar mucho». |
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Alberto Geada Pero, Geada no es solo un zoqueiro tradicional, sino que su calzado de madera se convierte en lo más ‘fashion’, incluso con tacón para lucir en una fiesta. En colaboración con el grupo Creatividade Galega (colectivo formado por unos 200 representantes del mundo de la creatividad, la publicidad y otros sectores) y la Universidad de Vigo, las zuecas que elabora a modo tradicional son reinventadas con los diseños de creativos y publicistas, dando lugar a un producto, cuando menos, distinto e innovador. El resultado dio lugar a la exposición Zocas Novas, una muestra con cincuenta modelos, que ya ha visitado Madrid y Barcelona y, actualmente, se encuentra en Galicia. Parte de este trabajo puede verse a través de internet (www.zocasnovas.com). Alberto Geada defiende que «se a gaita foi o símbolo de Galicia no século XX, a zoca será o do XXI». Al margen de su colaboración con el diseño, este artesano, que también vende zuecas tradicionales y madroñas asturianas, aboga por este calzado de madera, «porque é o máis ecolóxico que hai e o mellor para o medio rural». Además, asegura que tienen muchas posibilidades ortopédicas y que son beneficiosas para la salud de los usuarios. |
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Cambios «El Centrad es un gran desconocido para los lucenses y queremos darle un nuevo aire», explica la diputada. En este sentido, añade que «por ejemplo, tenemos una de las mejores salas de exposiciones de la ciudad, la de la capilla de Santa María, y mucha gente de Lugo no ha entrado nunca allí». En la actualidad, el centro se dedica fundamentalmente a la formación. Tiene talleres permanentes de madera, instrumentos musicales, trajes regionales, muebles y libros, además de asesorar en todo lo posible a los artesanos. Entre otras cuestiones, considera interesante trabajar con los más pequeños. «Hay que hacer que los niños se interesen por la artesanía, porque son el futuro», aduce. |
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Problemas Tampoco resulta fácil abrir una tienda en la que poder exponer su obra al público y venderla. «En estos tiempos, es difícil conseguir un crédito para cualquiera, pero si encima eres un artesano que no tienes unos ingresos fijos, es una utopía intentarlo en una agencia bancaria», protestan. Por eso, hay que buscar otras alternativas, entre las que algunos plantean la posibilidad de poner en marcha una plataforma ‘on line’, en la que ofrecer a todo el mundo la artesanía de cualquier tipo que se elabore en la provincia. |
