Cavó la tumba de una víctima con sus manos

El Quintas estuvo considerado en su momento uno de los delincuentes más peligrosos del país. En enero del 83, cuando ya tenía 33 años y una larga carrera delictiva, mató a dos adolescentes que estaban observando patos en la isla de Las Pallas, en el Duero.

Tras encañonarlos con una escopeta para robarles, los amordazó y maniató. A ella, una chica de 19 años, la ahogó en el río empujando su cuerpo con un palo hasta que murió. Al chaval, de 18, lo estranguló y luego cavó con sus propias manos una tumba en la orilla. Cuando lo detuvieron, reconoció que pensaba que lo había enterrado vivo.

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