Caudillismo y populismo

Así es como algunos ven el populismo. Foto: EPL
photo_camera Así es como algunos ven el populismo. Foto: EPL

TODAVÍA ESTAMOS empachados. Ha pasado una semana desde el anuncio del alcalde de Monforte y líder del BNG local de que se retira de la política activa, que no volverá ser candidato a la alcaldía, y la noticia aún no ha sido digerida.

En el partido nacionalista no saben qué hacer. Nada puede ser más gráfico que unas palabras dichas por el responsable local de esta organización, Iván Álvarez: «Estamos desorientados». Y es que durante tantos años, unos 15, fue tan claro el liderazgo de Severino Rodríguez dentro de la formación, sobre todo desde que cogió el bastón de mando del Ayuntamiento allá por 2003, que nadie le tosía y los pocos que se atrevieron a ello acabaron apartándose de la formación y recalando en Anova.

Es lo que tiene el caudillismo. Pasa aquí y ha pasado en otros partidos. Cuando las cosas van bien, no hay problema alguno, pero cuando se tuercen o se crea una crisis, bueno, eso es harina de otro costal.

Me acuerdo del Partido Popular en ese año 2003. Tras perder la alcaldía comenzó a discutirse la valía de Nazario Pin para llevar las riendas. Saltaron voces críticas y al final se arregló todo poniendo a un mediador en el conflicto, Alejandro Sousa, que dio paso a Dámaso López, quien tampoco convenció durante demasiado tiempo a los de arriba, a los de Santiago, para acabar finalmente apostando por una cara nueva llamada Julia Rodríguez Barreira, que parece consolidada como líder. Esa travesía que va desde el 2003 al 2011 podría haberse evitado si se asume que uno no es eterno, y menos en política, y que si se tiene visión de futuro, o de partido, lo lógico es ir preparando al sucesor para que cuando le toque el turno sepa actuar con garantías. Así es como se entiende en nuestra democracia el funcionamiento de las organizaciones políticas. Es una especie de monarquía dentro de la monarquía.

Sí. Severino Rodríguez ha dejado huérfano a los suyos. Su actual equipo tiene todas las pintas de desintegrarse. Su número dos, María Xosé Vega, anunció que lo deja y su número tres, Xosé Manuel Pavón, ya abandonó el barco meses atrás por motivos personales. José Luis Rodríguez, el edil de servicios, también se marchará, al igual que la concejala Ana Casal.

Severino Rodríguez era el aglutinador. Su adiós descompone el conjunto y anuncia una travesía por el desierto del BNG, que bien podía volver a los números de hace 20 años, entre dos y tres concejales en la corporación.

En esta futura debacle de los nacionalistas del Bloque tiene mucho que ver el populismo del aún alcalde de Monforte. Supo hacerse con la gente, pero sobre todo con los mayores, siguiendo la estela marcada en su día por el también alcalde Celestino Torres.

Se pudo escuchar el otro día en la radio local, en un programa en el que participó Rodríguez para explicar en directo a través de las ondas su marcha y al que llamaron varios vecinos para decirle que era el mejor regidor, junto a Torres, que tuvo la ciudad del Cabe.

Alabaron su talante y su preocupación por los problemas de los habitantes del municipio. Si llegan a llamar todos aquellos que en algún momento de estos años le pidieron que les colocase un banco en su calle para que las personas mayores pudiesen sentarse a charlar, el programa duraría 24 horas, o más.

El futuro alcalde de Monforte, que no sabemos quién será, debería tomar nota de la forma de actuar de su predecesor si quiere tener éxito y continuidad en el cargo, pues está claro que todos los que votaron lo hicieron a la persona, al popular Severino Rodríguez Díaz, no a las siglas BNG.

Y hablando del próximo mandatario monfortino, les invito a que comiencen a hacer sus quinielas. Está claro que el resultado no es fácil de adivinar, pues las variantes son múltiples y la retirada del terreno de juego de Severino, determinante.

La banca va a lo suyo, que es ganar cada vez más

Estos días vamos conociendo los resultados económicos de diversas entidades bancarias y vemos como sus ganancias siguen al alza. Para eso tienen montado el tinglado, no para hacerle favores a nadie.

Se habló mucho de que abrirían líneas de créditos para pequeñas y medianas empresas, pero la realidad es otra, como el caso de un vecino de la comarca de Quiroga, que dispone de un proyecto para poner en marcha una almazara y comercializar aceite y cerezas de la zona, cuenta con el respaldo del plan Leader en forma de ayudas económicas y con un estudio de viabilidad elaborado por la Universidade de Vigo.

Miel sobre hojuelas sino fuese por la banca, que no le concede el crédito necesario para echar adelante este proyecto o que pone unas condiciones totalmente inasumibles para un emprendedor que reside en el tan manido medio rural que hay que proteger e impulsar como sea.

No hay crispación en Quiroga, solo fue una gamberrada

El alcalde de Quiroga, el popular Julio Álvarez Núñez, desvinculó las manchas de pintura que alguien hizo en la fachada de la casa consistorial, lanzando hacia ella varios botes de color rojo, con un posible acto de desprecio hacia su gobierno. Aseguró que fue una gamberrada, aunque no coincidiese a sábado, el día por excelencia de la fiesta nocturna y el descontrol por parte de algunos después de ingerir unos cuantos combinados.

Mejor que solo fuese eso, un acto vandálico, pues la vida política en Quiroga se calmó hace ya meses después de un tiempo en el que los insultos y las calumnias eran casi plato del día a través de la red social Facebook o incluso en los plenos de la corporación. Fue el caso del concejal socialista José Luis del Pont, condenado hace ahora un año por un juzgado de Monforte a satisfacer una multa de 50 euros y a indemnizar al alcalde con 150, al considerar probado que injurió y vejó al regidor local en el transcurso de una sesión plenaria.

(Publicado en la edición impresa el 8 de noviembre de 2014)

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