Catorce años de cárcel para los agresores del párroco de Santa Rita

Deberán indemnizar al cura con 429.000 euros por las graves secuelas que le quedaron tras la paliza
Pedro Yago S.P., una de las dos personas juzgadas por agredir y robar al párroco de la iglesia de Santa Rita
photo_camera Pedro Yago S.P., una de las dos personas juzgadas por agredir y robar al párroco de la iglesia de Santa Rita

La Audiencia de Pontevedra ha condenado a 14 años de cárcel a dos hombres por agredir y robar en octubre de 2016 al párroco de la iglesia de Santa Rita, en Vigo, al que causaron graves secuelas como consecuencia de los golpes que le propinaron.

El tribunal les impone a Pedro Yago S.P. y Alison Lucas B.R. cuatro años por un delito de robo con violencia y otros diez por un delito de lesiones agravadas, y les prohíbe acercarse al párroco durante un periodo superior en ocho años a la duración de la pena por el segundo de los supuestos.

Adicionalmente, los condena a indemnizar a la víctima, Antonio R.S., de 82 años, con 429.117,02 euros por lesiones y secuelas, más otros 9.500 euros anuales por gastos de rehabilitación domiciliaria y ambulatoria, así como a su hermana con 60.000 euros por daños morales.

La Audiencia considera como hechos probados que los dos procesados, "previamente concertados y guiados por un ánimo de enriquecimiento ilícito", entraron en la iglesia de Santa Rita y con el pretexto de solicitar uno de ellos confesión al párroco accedieron a su oficina.

Mientras uno lo inmovilizó el otro se hizo con las llaves de la caja de caudales en la habitación contigua, donde guardaba dinero en efectivo, unos 700 euros, y diversas joyas, y también le arrebataron al párroco su reloj y sus gafas.

Dado que el sacerdote se resistió e intentó impedir el robo, Pedro Yago S.P. y Alison Lucas B.R., aun a sabiendas de que era una persona anciana y que se hallaba indefensa, le propinaron varias patadas y golpes en la cabeza, se recoge en la sentencia.

Unas lesiones que le dejaron graves secuelas como un hematoma subdural que desencadenó en una incapacidad para la deambulación y la realización de las actividades básicas de la vida diaria, necesitando de forma permanente ayuda de terceras personas.

Comentarios