Carmen Posadas vivió su infancia en una quinta uruguaya, en donde el jardinero Pepe le contaba «historias atroces y leyendas espeluznantes». Relatos «de lobishomes y de bichos que te picaban y tenías que ir a lavarte al río antes de que fuese otra persona». Pepe era un emigrado gallego y Posadas desveló ayer ante el público lucense que su vocación de escritora es subsidiaria del acervo cultural gallego que le transmitió el bueno de Pepe.
Carmen Posadas participó ayer en la primera cata literaria que el Museo Interactivo da Historia de Lugo (MIHL) acoge en 2015. Antes de despojarse del recuerdo infantil de los cuentos de Pepe y de darle las gracias, «dondequiera que esté», le había pedido a la concejala de Cultura, Carmen Basadre, que, por favor, continuase hablando en gallego: «Lo entiendo perfectamente; no hay nada más cercano para un uruguayo que un gallego».
La velada había empezado con