Cáritas recibe 4.000 kilos de alimentos en la exhibición solidaria de la Guardia Civil en As Pontes

Alrededor de 2.000 escolares participaron en esta jornada

Cáritas Diocesana recibió alrededor de 4.000 kilos de alimentos en la exhibición solidaria organizada por la Guardia Civil en As Pontes, una cita que reunió a alrededor de 2.000 escolares de Ferrolterra y conviritó el Canal IV pontés en un parque de aventuras para los más pequeños.

En la jornada de ayer, que tuvo una doble función, como evento solidario y como escaparate para la Guardia Civil, además de alimentos no perecederos también se recogió material escolar, que también se donará a Cáritas Diocesana.

«El helicóptero los deja locos a todos», decían dos agentes del Servicio Aéreo mientras ayudaban a los niños a entrar y a salir de la aeronave, una de los protagonistas dentro de un gran despliegue de las diversas funciones y especialidades de la Guardia Civil.

Bajo el sol y un intenso calor, y envueltos por los sonidos de los pitidos y las sirenas, los más pequeños se acercaron a los coches y las motos de las patrullas de Seguridad Ciudadana y Tráfico. También a las de Seprona, y conocieron cómo investigan los incendios forestales y realizan su trabajo diario. «Les llaman la atención los equipos de captura y el lector de microchips», dijeron.

Disfrutaron también con los perros adiestrados del Servicio Cinológico, capaces de rastrear drogas y reconocer entre muchas la maleta con sustancias ilegales. Aprendieron técnicas de la Policía Judicial y de los laboratorios de balística y se acercaron a las tareas de rescate del Grupo de Montaña.

Descubrieron el trabajo de los Grupos Especialistas de Actividades Subacuáticas (Geas) -según un niño, los que más trabajan, porque hay más agua que tierra firme- y de los agentes del Servicio Marítimo e incluso probaron sus lanchas y atendieron atentos a las explicaciones de la unidad NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química) y a los equipos de detección de explosivos.

«Alucinan con el visor nocturno, la cámara endoscópica -tan pequeña que puede atravesar una cerradura o pasar por debajo de una puerta- y con la linterna para detectar los billetes falsos. Les llaman la atención los artilugios y está bien que vean las especialidades y que no nos vean como los cocos de siempre», comentaban algunos de los 80 agentes que participaron en la exhibición, a los que los niños arrancaron ayer muchas sonrisas.

«Uno me dijo al probarse el chaleco antibalas que ya podía jugar a su videojuego, que no lo mataban», explicaba un agente entre risas, mientras un niño le pedía a otro su pistola, lo único a lo que ninguno tenía acceso. «Reponden con admiración y mucha curiosidad. Por suerte, en España en el ámbito escolar no se estila que hayan visto un arma», indicaron los de balística, que aseguraban que series como CSI, pese a ser «exageradas», aportaban detalles que «la gente no debería saber».

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