Cargos de la Diputación gastan 200.000 euros en dos años en joyerías, restaurantes y tiendas

La Policía desconoce a qué partidas se cargaron y cómo se justificaron importes atribuidos a Presidencia y Vicepresidencia ► El programa turístico Km0 movía dinero «sin rigor» y era un pretexto para excursiones y comidas a las que se sumaban políticos
Registro en el Pazo.
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Restaurantes, tiendas de deportes, joyerías o balnearios. La documentación intervenida por la Policía en la operación Pulpo revela que la Presidencia y la Vicepresidencia de la Diputación destinaron más de 200.000 en los años 2011 y 2012 a «gastos de diversa índole» que los investigadores «no saben dónde encuadrar ni cuál ha sido su justificación».

Parecía existir un acuerdo tácito con los restaurantes para que estos cobrasen comidas de más en concepto de cancelaciones 

Todos estos fueron incluidos en un apartado de «asuntos varios» y ahora son investigados por la jueza Pilar de Lara, que citó a declarar como investigados en mayo al expresidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro, su exjefa de comunicación, el vicesecretario del organismo provincial, la interventora y el exasesor de fondos europeos, en unas diligencias que en su día comenzaron en una denuncia por acoso laboral al jefe de protocolo, José Carlos Fernández Pulpeiro, también investigado.

Bajo la lupa de la Policía está igualmente un viaje que realizó Besteiro a Argentina, con el epígrafe «Reencuentro del presidente de la Diputación de Lugo con la colectividad lucense», por algo más de 4.000 euros. El importe de ese periplo fue incluido dentro del Km0, con el que la Policía no encuentra «conexión alguna».

Precisamente este «programa turístico», que contaba con una subvención del 70% a cargo de las arcas europeas, es el eje sobre el que giran las pesquisas de la Udef. Los agentes que investigaron el caso se sorprenden de que estas elevadas cantidades de dinero -el presidente asignó mediante decreto la cantidad de 90.000 euros a caja fija del servicio de Protocolo- se movieran «sin rigor, de forma arbitraria y dada a suspicacias». Pulpeiro guardaba el dinero en una caja fuerte en su despacho y, según la información que recibía de los guías y de los alcaldes de cada zona, organizaba las excursiones, con comida incluida, en la Ribeira Sacra o A Mariña.

Autobuses que iban a participar en las rutas del Km0 se rotularon incluso antes de que fuera adjudicado el contrato

El programa, que empezó siendo gratuito en 2008, pasó a tener un pequeño coste en 2010 porque la gente se apuntaba y luego no iba. El jefe de Protocolo entregaba a las guías un sobre con el dinero aproximado que iban a pagar en el restaurante y después, al regreso de la excursión, recogía las vueltas, un sistema que los agentes no llegan a explicarse cómo era consentido por los servicios legales, la intervención, la secretaría y los superiores jerárquicos.

CUADRAR COMIDAS. Además, este sistema planteaba otros problemas. El primero, cuadrar los comensales. De hecho, a las comidas acababan sumándose «políticos y otros personajes públicos», lo que obligaba al jefe de Protocolo a hacer cuadrar las cuentas. Otro punto que no entiende la Udef son las «cancelaciones». Entre Pulpeiro y los restaurantes se había llegado a un acuerdo tácito para pagar platos de más, entre cuatro y diez dependiendo del volumen total, para compensar las personas que al final no asistieron o los incorporados a última hora, que se acercaban «a saludar» a los excursionistas.

Y todo ello al final tenía que «casar» para que cuadrase con los fondos europeos. Subrayado con fosforito dentro del sumario hay un correo electrónico revelador entre dos de los investigados. Textualmente dice: «Necesito un informe relativo al número de hombres y mujeres por día del Km0 o por más que case con las cifras que nos pide Europa (10.000 hombres y 12.000 mujeres), todo lo detallado que tú veas para que les guste a los auditores».

En relación con los autobuses utilizados en los viajes, la Policía descubrió que la empresa Monbus habría emitido tres facturas de menos de 18.000 euros para pagar un viaje de 50.000, con la intención de acogerse al procedimiento negociado sin publicidad. Las tres empresas presentadas al proceso tenían el mismo administrador, Raúl López, según la Policía, al que atribuye «trato de favor» desde la Diputación que presidía Besteiro para hacerse con los viajes del Km0. También revelaron que algunos de los buses se rotularon por la empresa Markova Tic, también investigada, antes de que se adjudicase el contrato.

En un comunicado, la Diputación se declaró «sorprendida» por la influencia que tienen las comunicaciones anónimas recibidas por la Policía y por la portavoz del PP en la institución, Elena Candia, en el caso Pulpo, al tiempo que negó irregularidades en su gestión. En cuanto al programa Km0, incidió en su «legalidad», al igual que en la del departamento de Deportes sobre el Breogán.

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