Carencias en el servicio de socorristas privan de la bandera azul a As Catedrais

La pérdida de la bandera azul en el arenal más visitado de Galicia, el monumento natural de As Catedrais, ha propiciado un alud de quejas en el municipio, principalmente por parte del gobierno local que no ve recompensados «os esforzos realizados ó longo destes últimos catro anos» por mantener en correcto estado la playa. El propio alcalde, Fernando Suárez, desveló ayer que la principal razón por la que se pierde este año la insignia se debe a las carencias detectadas por parte de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) en el servicio de socorristas.

Entre la relación de motivos por los que se le retira este año el distintivo a As Catedrais, que ya le fueron notificados al regidor ribadense, destaca el relacionado con el ámbito del salvamento. «Facilitóusenos unha fotografía na que pillaron, durante unha inspección, a un dos socorristas tomando o sol, o que califican como unha actitude pouco profesional e impropia tendo en conta o elevado número de visitas que ten este areal», como apunta Suárez Barcia, quien, en este sentido avanza que «para este verán, todo o persoal que traballe nas Catedrais vai dar o mellor de si», algo de lo que se encargará personalmente, señaló.

La información que el vicepresidente de la Adeac, José Palacios, le facilitó al primer edil señala que tal vez no se necesiten más socorristas en el arenal, pero sí que estén «mejor coordinados y siempre atentos, porque es una playa peligrosa, de mucha roca, por la que habitualmente transitan cientos de visitantes cada verano, algunos de ellos incluso con muletas o tacones». De todos modos, el colectivo advierte de que la retirada de la bandera azul se debe a «una suma de razones, no sólo a esta cuestión».

Fallos

La playa más visitada de Galicia no cumplió el año pasado algunos de los exigentes criterios que marca la Adeac y, aparte del ya mencionado sobre el servicio de socorrismo prestado, le recomiendan también al Concello que reorganice el recorrido de las visitas por el arenal, puesto que «se forman colas de al menos 500 metros sobre todo cuando hay marea baja» y además indican que es «conveniente proteger los elementos naturales del entorno, como piedras, tierra y plantas, sobre los afectados constantamente por el paso de turistas». El colectivo ve también «un claro riesgo de accidente al permitir que los visitantes suban a la zona de los arcos».

Aconsejan asimismo incidir más en la limpieza y en la información facilitada a los turistas. Por lo que respecta a la accesibilidad, señalan que «debería ser más completa en los aseos», porque ninguno de los dos existentes está «completamente adaptado», pero reconocen que no es éste un aspecto determinante en esta playa, puesto que «su importancia radica en ser un monumento natural, no en su accesibilidad». Además, quienes precisen de este tipo de servicios, disponen de un arenal «modélico» en este sentido, como es el de Coto, en Barreiros.

Indignación

Con todo, la indignación en la alcaldía ribadense es evidente. El primer edil reconoce estar «molesto» por la decisión, ya que «parece que non serviu de nada o traballo realizado, como o feito de que se incrementou a limpeza do areal dez veces ó día, mañá e tarde; duplicouse o número de socorristas co respecto ó que había antes de 2007; fletouse o primeiro autobús ás praias durante o verán e mesmo a Deputación Provincial axudou coa contratación de tres técnicas de turismo que informaron ó longo de tres meses sobre o areal e sobre o concello ós turistas, en varios idiomas».

De todos modos, alcaldía y Adeac están convencidos de que Ribadeo recuperará el galardón.