Capa y el azar

UNAS VECES POR no advertirlo y otras por no reconocerlo, lo cierto es que nuestra existencia, la del mundo que nos rodea, está plagada de casualidades. Más de algún descubrimiento científico suele asociarse al azar. Fleming descubrió la penicilina cuando investigaba otra cosa y lo mismo se dice de Newton con su principio de gravitación universal. Al hilo de lo que es la chiripa, aun teniendo poco que ver, siempre se cuestionó la autenticidad de la fotografía, sin duda de las más emblemáticas de la historia, ‘Muerte de un miliciano’, que Robert Capa tomó el 5 de de septiembre de 1936, en Cerro Muriano (Córdoba). Siempre revoloteó la duda de si se trataba o no de un montaje, pero si el genial Capa contó la verdad en una entrevista inédita que acaba de trascender, captó la imagen en medio de un tiroteo y desde una trinchera. «Me limité a levantar la máquina por encima de la cabeza y sin mirar, disparé la cámara». Dice que no se enteró hasta tres meses después de abandonar España. Entonces supo que se había convertido en un famoso fotógrafo.

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