Candaoso vive la pelea más bestia

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El curro de Candaoso, donde los comuneros de Boimente juntaron a unos 200 caballos de monte, propiedad de los mismos, permitió revivir un año más los cuidados que reciben los équidos. También aspectos de su vida diaria, como son las peleas de garañones, que se producen de manera espontánea en libertad, pero que en la rapa se provocan para que los espectadores sean testigos de esa pelea bestial, en la que nunca se permite que la sangre llegue al río, dado que los caballos forman parte del modo de vida de esas familias desde hace años.

La rapa das bestas culminó con la entrega de los premios tras las distintas carreras de caballos disputadas a primera hora de la tarde, después de las 17.30 horas, una vez que terminó la comida, que contó con la presencia de las autoridades, entre las que se encontraba la delegada territorial de la Xunta, Raquel Arias, quien este año fue nombrada montera mayor de la rapa vivariense. Aparte del almuerzo que se sirvió a los organizadores y autoridades, hubo varias comidas de campo.

Premios

La prueba de andadura de trotones abrió las competiciones programadas. Fenómeno de Miguel González se impuso en la misma, por delante de Lucero de René Rivas, al que siguió Eligor de Víctor Fernández.

Los tres primeros de cada modalidad se embolsaron 150, 90 y 30 euros, respectivamente, más un trofeo. Entre los caballos del país, en andadura, el mejor fue Chispita de Genaro López y tras él se clasificaron Noa de Pedro Pardo y Ruso de Alejandro Suárez.

En las carreras de caballos propiamente dicha se diferenció entre los ejemplares de cruce y los de raza. En el primer apartado, los tres primeros fueron Xila de Javeri Mariño, Águila de Leira y Lucero de Adrián Mariño. En raza, los ganadores fueron Trampa de Trullo, Imán de Juan Cuervo y Orioa de Salvador Blanco.

Las competiciones culminaron con las carreras de burros, en las que venció Manos Libres de Abadín, segundo fue Tratuco de Abadín y tercero quedó Lerín de Ruiz. La entrega de los galardones a los ganadores supuso el final de las pruebas y la actividad en torno a los caballos, pero no de la fiesta, que continuó hasta bien entrada la madrugada con la animación del grupo Alma Latina. Los asistentes a la rapa también pudieron saborear productos de panadería o adquirir tejidos en los puestos instalados en el ferial.

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