«Cada vez hay más vagabundos en las calles y por eso hay que ayudar»

Víctor Villar, en la calle Reynante de Ribadeo.
photo_camera Víctor Villar, en la calle Reynante de Ribadeo.

cada vez más personas viven en la indigencia. Éste ya no es sólo un problema lejano para los mariñanos, ya que también se puede apreciar el aumento de mendigos, desde hace al menos un año, en las calles de muchas localidades de la comarca, como en la de Ribadeo. El Cine Teatro de la villa acogía, al cierre de esta edición, un evento pionero en Galicia, como fue la celebración de una mesa redonda en la que participaron personas que viven en la indigencia, junto a vecinos que están convencidos de que no se puede mirar para otro lado y de que hay que actuar. El colectivo ribadense de la organización no gubernamental (ONG) Amarante Setem promovió la iniciativa.

¿Qué pretenden con esta mesa redonda sobre la vida en la calle?
Primero, visibilizar la situación para reflexionar sobre ella, porque es un problema acuciante, más ahora, con el tema de los deshaucios. Sin ir más lejos, de las nueve personas que durmieron en los soportales del Cantón ribadense un día del pasado mes de diciembre, uno de ellos era un vecino de Madrid al que habían deshauciado y llevaba un tiempo deambulando por España. Además, cada vez se ve a más indigentes que están en perfecto estado de salud mental y física, frente a los estereotipos erróneos que se manejan.

¿Acudirán personas que actualmente están viviendo en la calle?
Pues nos confirmó que asistiría uno de lo indigentes que lleva ya mucho tiempo en Ribadeo, unos dos años al menos, sobre todo en las Cuatro Calles, y que en parte motivó la mesa redonda, debido a ciertas polémicas que despertó, según los comentarios que se escuchan en la calle y que no nos gustaron nada. También participa el promotor pontevedrés del colectivo Boa Vida, que vivió en la calle y que ahora intenta organizar sus lazos afectivos. De Ribadeo hablamos con otros transeúntes que nos dijeron que acudirían y así lo esperamos porque queremos que sean ellos los que expresen su punto de vista.

Varios vecinos le expresaron al alcalde, en años anteriores, su deseo de limitar la indigencia, para evitar que sea visible en la zona comercial, ¿qué les parecen este tipo de peticiones?
Pues que responden a que perdemos mucho la perspectiva y a que hay personas intolerantes o incomprensivas que no se dan cuenta de que nadie está en la calle por gusto. Hay gente que los considera poco menos que despojos humanos, en vez de lo que en realidad son, personas. Hacen juicios de valor basándose en cómo les fue a ellos la vida, en lugar de comprender que hay muchas realidades posibles. Algunos mensajes son incluso peligrosos y podrían dar pie a agresiones.

¿Qué aspectos se van a tratar en este debate social?
Primero, la visibilización de la situación de indigencia que viven cada vez más ciudadanos; en segundo lugar, conseguir una implicación, sin que se aplique el típico paternalismo y, en tercer lugar, animar a los vecinos a arrimar el hombro para ofrecer recursos. Sería estupendo por ejemplo que la gente se implicase, que pudiese disponer de casas vacías o estructurar otro tipo de ayudas.

¿Cómo cree que deben implicarse las administraciones públicas?
La forma de actuar de Amarante es siempre a nivel local y social, la ONG tiende a una fórmula de asociacionismo, por eso tratamos de que sea cada ciudadano, de forma individual y particular, el que se implique, porque las instituciones públicas no tienen recursos suficientes, y menos aún ahora, para solucionarlo todo. No podemos delegarlo todo. Por eso es importante darnos cuenta de que la indigencia es un problema del que nos tenemos que hacer corresponsables todos.

¿De qué forma se puede ayudar o convivir de la mejor forma posible con las personas que viven en la calle?
Para empezar no podemos pensar que nuestra forma de vivir es la correcta y la de ellos la incorrecta, cada uno vive como puede o quiere. Además, debemos escapar del modelo clásico de caridad y beneficiencia, en lugar de ello, hay que hacer una llamada a la convivencia pacífica. Darles voz a estas personas y hablar sobre el tema es una gran ayuda.

¿Qué opina de casos como el de Humberto Emanuel Ferreira, que recibió la ayuda de las empleadas del supermercado El Árbol y actualmente está totalmente integrado en la sociedad ribadense?
Pues es un bonito ejemplo, pero que tampoco se debe magnificar, porque no podemos disponernos a ayudar o a colaborar con las personas que viven en la calle con el objetivo de que pase lo mismo. Es muy difícil que eso llegue a darse, no nos tenemos que llamar a engaños tampoco.

¿De qué forma viven o malviven estas personas que conviven con los vecinos del municipio?
Eso es lo que queremos que nos expliquen en la mesa redonda, pero si llegan a esa situación, sobre todo se debe a vivencias de desestructuración familiar o a la ruptura casi total de lazos afectivos de todo tipo.

¿Qué experiencias similares, respecto al ámbito de la indigencia, ha acometido Amarante Setem en Galicia?
Es uno de los problemas más acuciantes en el que nos estamos adentrando. Ya nos implicamos cuando hubo desalojos en el barrio coruñés de Penamoa y en otra zona de Pontevedra; entonces Amarante creó una plataforma con las personas afectadas.

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