El alcalde de Burela, José María González Barcia, explicó ayer que desde el Concello están estudiando la posibilidad de conservar los moldes de fabricación del nuevo faro, cuyas obras se están ejecutando estos días. «Xa tivemos unha conversación coa empresa encargada dos traballos, pero é preciso estudar polo miúdo o coste que terá o mantemento desta infraestructura no futuro», aseguró.
La idea inicial del equipo de gobierno pasa por colocar los moldes montados en una de las rotondas del nuevo vial de acceso al puerto, pero el alcalde insiste en que la decisión final dependerá del coste que suponga en mantenimiento para las arcas municipales.
Algo que ya es seguro es que los restos de la antigua señal, derribada por los temporales en marzo de 2014, se colocarán en una de esas rotondas con las que contará el nuevo acceso portuario.
Con respecto a la marcha de las obras, González Barcia confirmó que se cumplirán las previsiones de que estén finalizadas en la semana de las fiestas si las condiciones del mar siguen permitiendo trabajar al mismo ritmo que ahora.
Según los datos que le facilitó la empresa al Concello, esta está pendiente de recibir la próxima semana todos los suministros relacionados con las barandillas y las escaleras y más tarde, en unos quince días, el material necesario para la señalización luminosa.
luz. De todas formas, el nuevo faro ya funciona de manera provisional, puesto que tiene colocada la luz que hasta ahora funcionaba en la baliza provisional que fue colocada para señalizar la entrada al puerto burelés cuando la fuerza de oleaje desquebrajó el faro que llevan alumbrando Pena Burela desde la década de los años sesenta del siglo pasado.
Con la entrada en funcionamiento del nuevo faro, Burela recuperará una de sus señas de identidad, puesto que esta señal incluso forma parte del escudo de la localidad. De hecho, el día en que se partió en dos fueron muchos los curiosos que se acercaron a la zona a contemplar una imagen que corrió como la pólvora por las redes sociales con mensajes de todo tipo.
Fue precisamente ese apego al faro de todos los vecinos, el que llevó a la Autoridad Portuaria a sufragar una señal exactamente igual que la original.
