Burela vuelve a celebrar la entrada en el 2017

Una fiesta de Fin de Año recordó el apagón que sufrió la localidad hace 20 años y que obligó a festejar la llegada de 1997 el 4 de enero ► Se repartieron uvas y champán y, como entonces, las campanadas fueron con bombas de palenque

Cuando parecía que la Navidad iba quedando atrás, en Burela volvieron a festejar la entrada del año nuevo con una gran fiesta de Fin de Año en la Praza da Mariña de la localidad, que reunió a un buen puñado de vecinos y de gente de localidades próximas. La intención de la asociación de comerciantes, que organizó la cita en colaboración con el Concello, era recordar el apagón que sufrió la localidad en la Navidad de 1996 y que impidió celebrar la entrada de 1997 cuando correspondía. Por eso, en aquella ocasión, los hosteleros se unieron y celebraron la noche, el 4 de enero. 

En la cita del sábado no faltó detalle y la carpa, habilitada en la Praza da Mariña para resguardar a los asistentes del frío y la lluvia empezó a llenarse una media hora antes de las campanadas. En principio estaba pensado hacer la fiesta en la Praza do Concello, donde aún luce el árbol de Navidad, pero se descartó a última hora por la mala meteorología. 

Perfectamente organizados, miembros de la asociación de comerciantes repartieron las uvas en envases individuales y vasos de champán entre los asistentes, así como bengalas para animar la velada. Tampoco faltó la música en esos primeros compases de la noche. Estaba previsto que fuera una charanga la que animara la noche como en 1997, pero finalmente fue el grupo Fénix el encargado de actuar. 

Fuegos artificiales en el exterior y confeti en el interior de la carpa fueron los encargados de dar la bienvenida al nuevo año

A las doce en punto, el presidente de los comerciantes, Rubén Pinín actuó como maestro de ceremonias y subido al palco del grupo acompañado por el alcalde, Alfredo Llano, que fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes y de retransmitir las campanadas, que se hicieron con bombas de palenque, al igual que ocurriera aquel 4 de enero de hace 20 años. Al finalizar las doce campanadas, la carpa se llenó de confeti, lo que le dio un aire de lo más festivo y se dispararon fuegos artificiales que pusieron luz a la noche. 

AMBIENTE. La carpa estuvo muy animada con grupos de gente de todas las edades, muchos de los cuales ya habían empezado la fiesta horas antes con cenas en distintos locales de la localidad y con los vinos previos. Incluso hubo quien empezó la celebración ya con comidas a mediodía. 

Los más animados rescataron los cotillones de Fin de Año y las pelucas, las cornetas o los tocados de fiesta dotaban al ambiente de un mayor realismo. Tampoco faltó quien no quiso perderse la segunda oportunidad de vestirse de etiqueta y sacó sus mejores galas. Otros de los grandes protagonistas fueron los niños, muchos de ellos con pelucas y guirnaldas, que se lo pasaron en grande incluso subiéndose al palco de la orquesta para disfrutar con los mayores de una noche inesperada. 

El grupo Fénix animó después la fiesta hasta la madrugada usando un repertorio variado en el que no faltaron las canciones de siempre ni las más modernas para cumplir con los gustos de todos los asistentes. Cuando se dio por finalizada la fiesta en la carpa, no faltó quien alargó la juerga en la zona de pubs de la localidad para que se convirtiera realmente en la eterna noche de un fin de año. 

De esta forma, Burela da por cerradas, ahora sí, las celebraciones navideñas hasta diciembre.

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