Brollón volvió a celebrar su pasado guímaro

Numerosos vecinos de la comarca y foráneos participaron en la segunda edición de una feria medieval que busca perpetuarse
Un momento de la recreación de la revuelta de los guímaros
photo_camera Un momento de la recreación de la revuelta de los guímaros

En la localidad de A Pobra do Bollón se celebró durante la jornada de ayer la segunda edición de la Feira Guímara, un evento similar al que tiene lugar en numerosas villas gallegas y que consiste en un regreso al pasado, a la época medieval.

La particularidad de este festejo es que hace referencia a unos sucesos acontecidos en el medievo, cuando los vecinos del municipio se habían opuesto al pago de un diezmo al conde de Lemos, quien ante tal negativa mandó a sus soldados a reprimir la revuelta. Según diferentes fuentes, la tarea no resultó nada fácil por la valentía de los habitantes.

Los vecinos, tras ser doblegados, no tuvieron más remedio que pagar los impuestos al señor feudal, pero tomaron la decisión de hacerlo sin abrir las puertas de sus casas, entregando el diezmo por debajo de ellas.

De estos sucesos nacería el apelativo de guímaros para los de A Pobra do Brollón, que vendría a significar gente valiente, ruda, áspera en el trato y desconfiada.

Antiguamente, esta forma de nombrar a los residentes en este municipio no era del agrado de muchos, pero actualmente es motivo de orgullo para la práctica totalidad del vecindario, que ayer, por ejemplo, no dudó en participar en una recreación de aquella famosa revuelta contra uno de los condes de Lemos.

Fue un acto organizado por un grupo de brolloneses, que se encargaron de confeccionar ropa de época y ensayar durante días para que esa recreación saliese a la perfección. Así fue, pues el público que la siguió aplaudió cerradamente tras la actuación vecinal que se prolongó durante media hora.

El festejo no quedó aquí, pues los asistentes tuvieron oportunidad de visitar numerosos puestos de artesanía y presenciar demostraciones de encaje de bolillos, telar, fieltro de lana, cuero y alfarería. Además, hubo una muy peculiar, en torno de madera antiguo, para muebles o para carpintería, que fue todo un espectáculo para los que la siguieron debido a que es poco frecuente.

La mayor parte de los profesionales de los oficios recreados procedían de la zona de la Ribera Sagrada, pero también había algunos de fuera.

La feria se cerró por la noche con un espectáculo de la mano de O Bruxo Queimán e Andrea Pousa, que representaron ‘Soños dunha terra’ y que acercó a los asistentes al origen del pueblo celta.

A pesar de ser este el acto programado como clausura del evento, numerosas personas se quedaron en A Pobra do Brollon durante buena parte de la noche para seguir disfrutando de la gastronomía que ofrecían tanto los puestos ambulantes como los locales de hostelería de la localidad, encantados con los resultados obtenidos.

Igualmente se mostraron los organizadores, en especial la concejala de cultura, Mónica Rodríguez, que valoró los resultados de la feria destacó su «proxeción de futuro».

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