Boda rural en Montemeá

David y Vero, en el remolque nupcial, acompañados por Tanto nos Ten, posan con algunos de sus invitados.
photo_camera David y Vero, en el remolque nupcial, acompañados por Tanto nos Ten, posan con algunos de sus invitados.

HABÍA UNA vez una pareja de novios vascos con raíces gallegas que decidieron formalizar su relación tras cuatro años juntos. Como en toda celebración, son muchos los pequeños y grandes detalles sobre los que hay que decidir, aunque ellos tenían muy claro lo que querían: «Una boda auténtica y sin etiquetas». Y a partir de ahí, todo lo demás, hasta poner en pie una fiesta en la que congregaron «a amigos de todos los sitios: Albacete, Madrid, Barcelona, Bilbao, Galicia...».

La elección del lugar para la ceremonia y el banquete fue fácil. «Tenía que ser algún sitio significativo para nosotros», y ese no podía ser otro que la casa de la familia paterna del novio, en la aldea de Montemeá de la parroquia guitiricense de Parga, «porque desde que nos conocemos siempre hemos venido aquí y es un lugar precioso».

Ahí, en ese idílico paraje rural se montó

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