Benedicto XVI ya no es Papa

Benedicto XVI, 265 sucesor del apóstol san Pedro al frente de la Iglesia católica, dejó de ser hoy papa, tras un pontificado que comenzó el 19 de abril de 2005, cuando fue elegido sucesor de Juan Pablo II en el primer cónclave de este tercer milenio.

A las ocho de la tarde de hoy -como decidió él mismo cuando el pasado 11 de febrero anunció que renunciaba al papado porque, debido a su avanzada edad, ya no tiene "fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino"- dejó de ser el líder espiritual de los más de 1.200 millones de católicos del mundo.

No ha habido ceremonia especial, ya que como establece el Código de Derecho Canónico lo único que hace falta es que el papa renuncie en plenas facultades mentales y lo haga presente ante los cardenales, lo que había hecho ya el pasado 11 de febrero.

La única señal visible que anunció que Benedicto XVI ya no era papa fue el momento en el que se escuchó en el reloj de palacio las campanadas de las ocho de la tarde e inmediatamente la Guardia Suiza cerró la puerta del palacio de Castel Gandolfo, dando por concluido su servicio al papa Ratzinger y abandonando el lugar. A partir de ese momento, la seguridad de Ratzinger está garantizada por la Gendarmería Vaticana.

Inmediatamente ha dado comienzo la Sede Vacante, el interregno que va desde que fallece o renuncia un papa y se elige el sucesor.


El papa Ratzinger abandonó el Vaticano hoy en helicóptero y en él se dirigió a Castel Gandolfo  -a una treintena de kilómetros al sur de Roma, en cuyo palacio pontificio se alojará a partir de hoy- desde el Vaticano el mismo día en el que deja de ser papa.

RECIBIDO COMO UN HÉROE EN SU NUEVA RESIDENCIA
Una vez en el palacio, saludó a través del balcón a los miles de fieles que le esperaban delante del palacio apostólico donde se alojará en su nueva etapa como papa emérito. "Estoy muy feliz por estar aquí entre vosotros, circundado de la naturaleza y vuestra simpatía, que agradezco, así como vuestra amistad", dijo en medio de una fuerte ovación y cánticos de "viva el papa" y "Benedicto, Benedicto".

El Obispo de Roma subrayó que hoy, el último día de su pontificado, es "diferente a los precedentes". "No seré más el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica a las ocho de esta tarde. Seré un simple peregrino, que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra", agregó el papa alemán, que tuvo un pequeño lapsus linguae al hablar en italiano, improvisando. Al término de esta intervención quiso señalar que, sin embargo, "hasta las ocho de la tarde, sigo siendo el papa".

Benedicto XVI aseguró que quiere seguir trabajando, "con el corazón, con mi amor, mi plegaria y mis reflexiones, por el bien de la Iglesia y el bien común de la humanidad". Su breve discurso fue interrumpido en varias ocasiones por los presentes, muchos de los cuales no pudieron contener la emoción y rompieron a llorar, sabedores que era el último acto público de Benedicto XVI.

En Castel Gandolfo , su nueva residencia, fue recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, presidente del Governatorato del Vaticano (ente que gestiona el pequeño estado, del que depende dicha Villa Pontificia); el arzobispo Giuseppe Sciacca, secretario del Governatorato; el obispo de Albano, diócesis a la que pertenece la villa, Marcello Semeraro; el director de la Villa Pontificia, Severio Petrillo; la alcaldesa del pueblo, Milvoa Monachesi, y el párroco, Pietro Diletti.

A su llegada, las campanas de la localidad comenzaron a repicar y los vecinos tienen previsto realizar una concentración con antorchas cuando se vaya la luz solar.

Ratzinger se ha llevado a Castel Gandolfo documentos y apuntes privados, mientras que los del pontificado y los de la época en que fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe quedarán en el Vaticano para ser archivados.

Benedicto XVI seguirá llamándose Su Santidad y tendrá el título de papa emérito o Romano Pontífice emérito, vestirá sotana blanca, sin esclavina, y calzará zapatos marrones.

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