La asamblea de Meigas e Trasgos era una reunión decisiva para el futuro del histórico colectivo dado que en caso de no elegirse nueva directiva -tras la dimisión de la anterior encabezada por Carlos Díaz Valcárcel-, se nombraría una comisión liquidadora.
Al inicio de la sesión -a la que sólo asistieron una docena de socios- se postuló como presidente Antonio Corral. Varios de los presentes pusieron reparos a esta propuesta al entender que podría incurrir en incompatibilidades por ser la persona encargada del ambigú de Meigas. Finalmente el joven retiró su candidatura tras insistir en que su única intención era dar continuidad a la asociación.
Varios de los asistentes propusieron como presidenta a Belén Fernández por su «gran apego» y vinculación a Meigas desde hace más de treinta años. Comezó a bailar en el colectivo con sólo tres años y fue profesora del grupo de danza infantil y de adultos durante una década. Además, es una de las bailarinas que escenifica la danza de la Noite Meiga desde los 13 años hasta la actualidad.
«Yo no voy a ser la presidenta definitiva. Asumo esta función de forma provisional y durante un mes intentaré buscar a gente interesada y colaborar como hice toda mi vida», explicó la joven.
En su opinión, la situación que atraviesa Meigas, con varios años de parón de la actividad, requiere «empezar» de cero para devolverle la vida que tenía antaño. «Lo primordial es recuperar las clases de baile y gaita, que son la base de Meigas» desde su fundación en 1969 por Carmela González, recordó Fernández, quien también consideró preciso normalizar la situación de los más de cien socios -a los que no se pasan recibos desde hace años- y poner al día el libro de actas atrasado desde 2006.
