Auto de prisión

Un exdirectivo de las cajas de ahorro ingresa en prisión. Miguel Blesa, que fue durante años el hombre fuerte de Caja Madrid con estrechos lazos con el poder político y la patronal, ingresa en prisión. El juez de instrucción le acusa, entre otros delitos, de causar un perjuicio de 500 millones por la compra sobrevalorada de un banco en Florida. Es una noticia de impacto en una escéptica opinión pública que sigue preguntándose qué pasó con las cajas y si hay responsables. Blesa está también imputado por un crédito fallido, de 26,5 millones de euros, al Grupo Marsáns, de Gerardo Díaz Ferrán, que fue presidente de la CEOE y se encuentra en la cárcel por otros casos. La noticia del ingreso en prisión de Miguel Blesa se produce en Madrid, donde se registraron todas las conexiones con el poder político y empresarial que en las críticas recentralizadoras se atribuían únicamente al caciquismo y a la injerencia política en las cajas de las restantes autonomías. Hay males que no tienen patria. Un auto de prisión, eludible con una fianza de 2,5 millones, es una medida excepcional. Como excepcional es la noticia.

Sin agresiones

Hoy es una excelente ocasión para reivindicar el mantenimiento vivo de la lengua gallega en esta sociedad y particularmente entre las nuevas generaciones. Mantener viva la lengua sin agresiones contra las políticas y las medidas que buscan esa presencia normalizada de la lengua gallega y sin agresiones también hacia la realidad plural de lenguas que ven desde el idioma oficial común, el castellano, a la necesidad de conocimiento y uso de otras lenguas francas como el inglés. No se puede negar la posición de debilidad del gallego y de ahí las políticas activas a su favor, que no excluyen al castellano ni a terceros idiomas. Mantener la paz lingüística debe ser un objetivo de todos los grupos políticos.

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