Auge y caída del gran populista

Francisco Rivas (Foto: José Mª Álvez)
photo_camera Francisco Rivas (Foto: José Mª Álvez)

Francisco Rivas comenzó trabajando en la carnicería de un supermercado de Ribadeo. Allí ya se vio con total claridad que las relaciones personales eran lo suyo. Aquel empleo lo dejó por una plaza como maestro y desembarcó en la política con José Carlos Rodríguez Andina. No le pudo ir mejor: consiguieron el gobierno con el apoyo de José Duarte, entonces aún en la Convexencia Nacionalista Galega (CNG), y él se convirtió en un peso pesado del gobierno popular llevando la delegación de medio ambiente.

Pero era la mano izquierda de Rodríguez Andina. La derecha era Manuel Valín. Y ahí se le creó un primer problema.

Aunque medio ambiente no era una delegación a priori muy lucida, él se convirtió en un elemento básico de aquel gobierno. Les había diseñado la campaña electoral y enseguida se vio que llegaba con ideas nuevas.

Aprovechó sus cualidades innatas para las relaciones públicas para establecer contactos en altas esferas del mundo del medio ambiente que le ayudaron mucho. Con su apoyo comenzó a pelear por cuestiones que no se habían planteado hasta entonces, como sellar el vertedero de Ove aprovechando la ecoplanta de Barreiros, la construcción de un vertedero de escombros, consiguió que se construyese el Aula da Natureza de Santa Cruz, impulsó unas importantes jornadas de medio ambiente y logró algunas cosas menores pero que la gente agradeció mucho, como la organización al milímetro del trabajo de los barrenderos.

El entonces conselleiro de Medio Ambiente, José Manuel Barreiro, amigo personal de Rivas, le ayudó notablemente a sacar adelante todo eso. Y mientras las obras se concretaban, su poder en el gobierno local subía. Lograron la aplastante mayoría absoluta de 1999 con ocho concejales y enseguida comenzó a vislumbrarse que el futuro de Rodríguez Andina podría estar más arriba de la alcaldía de Ribadeo.

Y empezaron los problemas. El PP local se dividió entre los que apoyaron a Manuel Valín y los que veían en Rivas a un valor seguro. Perdió aquella lucha y prefirió salir del PP para crear un grupo independiente (Upri) seguramente con la idea de forzar al PP a volver a llamar a su puerta.

Paradójicamente, le quitó tantos votos al PP que le dieron el gobierno local a PSOE y BNG. Luego, tras cuatro años al frente de Upri, perdió uno de sus dos ediles.

El PP ya había tratado de desactivarlo ofreciéndole un cargo en la Xunta, algo que nunca se confirmó, pero que el BNG llegó a llevar al Parlamento, lo que dio al traste con la operación.

Como muestra de su tirón, se rumorea que le montó a Foro Asturias su candidatura en Vegadeo en 24 horas. Le pagaron el favor con la Dirección General de Medio Ambiente y ahora pasó lo que pasó. Alguien muy próximo al PP reconoce que en su partido «le tenían puesto precio a su cabeza». Quién sabe. Fuentes jurídicas creen que le será difícil eludir una inhabilitación. ¿Será su final?

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