Arte para derribar muros

Artistas, profesores y funcionarios posan ante el mural del patio de mujeres de la prisión de Bonxe. (Foto: J. Vázquez)
photo_camera Artistas, profesores y funcionarios posan ante el mural del patio de mujeres de la prisión de Bonxe. (Foto: J. Vázquez)

 Un grupo de alumnos de la escuela de arte Ramón Falcón ha llenado de color el patio de mujeres de la prisión de Bonxe. En dos días han pintado un mural que abre al horizonte el lugar de esparcimiento de las internas


Alumnos del grado de diseño de la Escola de Arte e Superior de Deseño Ramón Falcón se han pasado dos días voluntariamente en la cárcel de Bonxe. Su objetivo era pintar un mural en el patio de mujeres para ‘derribar’ la pared blanca que las separa del exterior y hacer más llevadero su encierro.

A juzgar por las opiniones de las internas, han logrado su objetivo: «Se ve todo mucho más alegre, no es tan deprimente como ver una pared blanca o de ladrillo», dice una de ellas, mientras otra añade que «la estancia en el patio es ahora más gratificante y relajada».

Los responsables de la escuela Ramón Falcón y los alumnos no se lo pensaron dos veces cuando desde la prisión recibieron el encargo. La profesora de dibujo artístico Dores de las Cuevas se puso manos a la obra y convocó un concurso de ideas entre sus alumnos de primer curso del grado de diseño. Elaboraron bocetos y los llevaron a la cárcel, donde funcionarios e internas los estudiaron y eligieron el que más les gustó, el de Antía Otero Couselo.

La autora explica que su intención era «dar perspectiva a un recinto cerrado». Eligió para ello un bosque con árboles y una escena alegre de mujeres tocando instrumentos y bailando. «Quería dar apertura al patio y la idea del bosque me pareció adecuada», comenta.

Antía Otero jugó con los colores para dar originalidad al dibujo y con la estilización de las figuras para generar movimiento. Así, los troncos de los árboles son de color verde agua y el cielo es amarillo con nubes violeta. «Es como si estuviera atardeciendo», explica.

Otro mundo

En dos días, estos diez alumnos de la escuela Ramón Falcón han conseguido algo impensable, acabar con la pared blanca que cerraba el patio. «El muro sigue ahí, pero hay otra perspectiva e incluso te puedes olvidar de él y meterte en el bosque», dice una interna.

Otra agradece los nuevos aires que los jóvenes han llevado al penal de Bonxe durante su estancia. «Da alegría ver tantas caras nuevas y también está bien que la juventud sepa cómo es esto por dentro, que vean que no es bueno estar aquí, pero que tampoco es tan malo como uno se imagina desde fuera».

Los artistas también valoran la experiencia. Lo que más les impresionó fueron las medidas de seguridad y lo que más les sorprendió fue «el buen ambiente, es más alegre de lo que esperábamos», dice Silvia Calvo, una de las alumnas. A nivel técnico, aseguran que han aprendido mucho con esta experiencia. Tras elegir el diseño tuvieron que adaptarlo al muro. Al ser al aire libre, era necesario pintar con rapidez para evitar la lluvia, por lo que todo estaba estudiado y planificado.

Tanto la profesora Dores de la Cueva como la directora del centro, Esther Muñoz, o el subdirector, Alejandro Carro, se mostraron orgullosos de sus alumnos. «Todos han llevado buenas notas porque han trabajado mucho».

Los estudiantes hicieron un esfuerzo para pintar el mural en días de vacaciones. Antes ya lo habían hecho para decorar las paredes del área de pediatría del nuevo hospital de Lugo, en horas libres y fines de semana.

Esther Muñoz explicó que este tipo de colaboraciones, de carácter desinteresado y totalmente gratuitas, son «una buena forma de abrir la escuela al exterior y de llegar a sitios donde no tenemos presencia habitualmente».

Alejandro Carro incidió en esta idea y destacó que la humanización de espacios es una salida laboral más para los estudiantes. De hecho, ya han recibido más encargos, tanto de instituciones como de particulares.

Los responsables del centro penitenciario también han quedado satisfechos. La idea de hacer un mural surgió de las residentes, pues el patio del módulo de hombres ya está decorado con pinturas realizadas por uno de los internos.

Manuel Gómez, coordinador del módulo de respeto, al que pertenece este patio, incidió en los beneficios de este tipo de actuaciones para hacer más agradable la vida de las internas.

Módulo de respeto

El mural podrán verlo doce presas que han decidido voluntariamente ocupar ese espacio denominado «de respeto». En él las normas son diferentes. Hay más controles médicos, pautas de conducta estrictas basadas en el respeto mutuo y la convivencia en paz y un régimen de autogestión.

Todas estas medidas tienen como objetivo fomentar hábitos saludables de socialización, educar en el autocontrol y hacer más llevadera la estancia de las internas en la prisión.

La participación en este programa es libre, pero quienes se someten a él tienen opción de disfrutar de salidas programadas y residen en un entorno de «menos tensión», explica Manuel Gómez.

Desde ayer hay un nuevo motivo para que las mujeres de la cárcel de Bonxe accedan al módulo de respeto: Uno de los muros del patio ha sido sustituido por un bosque y en él cantan y bailan mujeres anónimas que incluso podrían ser ellas.

RAMÓN FALCÓN
El plazo de matrícula para estudiar Diseño termina mañana

Los alumnos interesados en cursar el grado de Diseño en la escuela Ramón Falcón tienen de plazo hasta mañana para matricularse. La inscripción para los ciclos formativos de grado superior permanecerá abierta hasta el día 23 de este mes y la matrícula para el ciclo medio de serigrafía se prolongará hasta el día 15 de julio.

Quedan plazas

La directora del centro, Esther Muñoz, indicó que de momento hay plazas libres, pero instó a los jóvenes interesados a agilizar los trámites, dada la premura de los plazos establecidos por la Consellería de Educación. Los aspirantes pueden informarse de los requisitos en las oficinas del centro o a través del teléfono 982.22.07.90.

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