"Araceli era vital y alegre"

Tamara Kreisler, nieta de Araceli González y de Garbo, y el periodista y escritor José de Cora aseguraron el martes en Madrid que la lucense tuvo «un papel importantísimo en el trabajo de doble agente de Juan Pujol» para derrotar a Hitler
José de Cora, con el hijo y la nieta de Araceli González y Garbo, entre otros
photo_camera José de Cora, con el hijo y la nieta de Araceli González y Garbo, entre otros

Tamara Kreisler, nieta de Juan Pujol, Garbo, y de la lucense Araceli González, aseguró este martes en Madrid que «ella tuvo un papel importantísimo en el trabajo de doble agente que hizo mi abuelo». Garbo y Araceli González Carballo (Lugo, 1944; Madrid, 1990) formaban un matrimonio que trabajaba en 1944 para el espionaje británico, aunque los alemanes pensaban que eran dos agentes que ellos mantenían en la cúpula del poder militar aliado. Aprovechando esa circunstancia, ambos hicieron creer a los nazis que el asalto aliado desde Gran Bretaña al continente se haría en el paso de Calais. Se produjo a 249 kilómetros, en las playas de Normandía. Ese engaño, la operación Fortitude, aseguró el éxito y alteró el curso del conflicto.

Tamara Kreisler habló este martes en el Ateneo de Madrid sobre la pareja, a la que caracterizó como «un equipo durante el tiempo que estuvieron en Lisboa», en donde se ganaron la confianza germana. Tras enviarles informes que redactaban combinando información de prensa y horarios de trenes los convencieron de que estaban espiando para ellos en Londres.

«Quien iba a las embajadas era Araceli; quien se inventa muchos nombres de la red inexistentes de espías que dirigían fue Araceli», afirma. Su nieta remarca esa última afirmación apuntando que «varios nombres» de la veintena de perfiles que se inventaron para hacerlos pasar por sus colaboradores se correspondían con «nombres de primos y de otros familiares de mi abuela».

Cuando el servicio secreto británico, MI5, se los llevó realmente a Londres, la importancia de Araceli González disminuyó porque era la inteligencia británica la que «daba apoyo a mi abuelo».

Su carácter era «vital, alegre, muy especial», considera Tamara Kreisler, quien también remarca su inclinación al trato social. A pesar de esa forma de ser tan abierta, mantuvo en secreto la mentira que había contado sobre su exmarido Juan Pujol. «Yo creía que mi abuelo había muerto en África por la picadura de una serpiente, pensaba que era nieta de Indiana Jones», apunta Kreisler. Araceli también se reservó la participación destacada que habían tenido en la Segunda Guerra Mundial.

La lucense «era una abuela normal, comíamos con ella los fines de semana y hacíamos viajes juntos». Un día, Juan Pujol quiso reencontrarse con sus hijos y conocer a sus nietos. Esa intención reveló a la vez los dos secretos y provocó «un shock» en la familia. La abuela se había casado con Edward Kreisler, un galerista norteamericano que había trabajado en Hollywood como doble de Rodolfo Valentino.

José de Cora dijo que «se fueron a Lisboa, pero hicieron creer a la madre de Araceli que iban a Londres para engañar a los nazis»

Araceli era generosa y,cuando su exmarido volvió a su vida, persuadió a sus descendientes de que el reencuentro era «un regalo de la vida y del destino». Les pidió que que no le reprochasen el pasado.

Tamara Kreisler recuerda que Pujol «primero se reunió con sus hijos en Barcelona y, unos meses más tarde, conoció al resto de la familia en la suite de un hotel en Madrid». La primera impresión de la nieta -de 14 años, entonces- al ver a su abuelo fue que «tenía una sonrisa muy bonita y unos ojos vivos, le faltaba algo de estatura; era un hombre dulce, bueno».

LUGO. Sobre el apego de Araceli a su tierra, Tamara Kreisler asegura que «era imposible que hablases con ella cinco minutos y no supieses que era de Lugo» porque «ejercía de gallega y estaba muy orgullosa de ser lucense».

En el acto del martes participó también el periodista y escritor lucense José de Cora, que es el autor de la novela ‘El estornudo de la mariposa’, en la que narra la peripecia vital del matrimonio Pujol-González.

Fiel a su defensa del peso determinante de Araceli González -y,por tanto, de su Lugo natal- en la operación Fortitude, José de Cora recordó las dos veces en las que ella estuvo con Juan Pujol en Lugo. La primera vez coincidió con el embarazo de Araceli «tras haber sido admitidos como espías por los alemanes». Estuvo en la casa paterna, situada en la Praza da Soidade. De la ciudad gallega «se fueron a Lisboa, pero hicieron creer a su madre que iban a Londres para embaucar a los nazis». En la segunda ocasión, Araceli presentó a su marido a los padres de José de Cora en el Café Centro. Iban de camino a Venezuela.

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