Aprendiendo a rescatar

Los tripulantes explican a los asistentes el funcionamiento del helicóptero (Foto: José Mª Álvez)
photo_camera Los tripulantes explican a los asistentes el funcionamiento del helicóptero (Foto: José Mª Álvez)

La tripulación del helicóptero de Gardacostas Pesca 2 con base en Celeiro explicó a un centenar de niños de dos colegios de Viveiro lo complicado de su tarea para salvar vidas humanas en situaciones complicadas y la «satisfacción» que da lograrlo


El día mundial de los Océanos llenó de actividades las poblaciones del litoral gallego, que en Viveiro consistieron en un acercamiento de los escolares a las tareas de salvamento marítimo. Así, cerca de un centenar de niños de los colegios Lois Tobío y Santa Rita conocieron las funciones del personal y el helicóptero del Servizo Galego de Gardacostas en su base de Celeiro con las explicaciones de la tripulación, a la que acompañaron la delegada territorial en Lugo, Raquel Arias, y el jefe territorial de Mar, Vicente Prieto.

El piloto y dos rescatadores del helicóptero explicaron, ante la atenta mirada de los pequeños, el material que emplean para efectuar los rescates, que revisan periódicamente, «pues de ello depende la vida de las personas». Así, mostraron la forma de subir al helicóptero a las víctimas heridas bien en camilla o en una cesta, «muy válida porque no dan tirones en el organismo», así como los enganches para que no corran peligro de soltarse.

Otra parte de esta particular clase fueron los «marcadores» que utilizan para fijar la posición de la aeronave en los rescates, que suelen ser bengalas que sirven como «señal de auxilio». A la hora de maniobrar con el helicóptero «es importante saber de que lado viene el viento», y para ello utilizan botes de humo de distinto tamaño en función de lo que dure la operación. Continuaron explicando que «de noche el humo no se ve», así que lanzan una bengala de mayores dimensiones «y un marcador lleno de fósforo, que en contacto con el agua hace una llama y se ilumina todo».

A continuación los operarios mostraron el uso de la grúa, «que aguanta hasta 1.500 kilos» y simularon un rescate en el que la víctima era una de las escolares participantes. «Da mucha satisfacción cuando se consigue rescatar a una persona con vida», dijo uno de los rescatadores, y finalmente el piloto explicó el funcionamiento del helicóptero y todos los escolares pudieron subir para verlo por dentro, incluida la cabina.

Éste último, Juan Antonio Martínez, apuntó que la misión principal de su actividad es el salvamento en diversas formas: evacuaciones de barcos, rescates en acantilados, bañistas y de vez en cuando montañeros, además de participar en búsquedas. «Las situaciones más complicadas son de noche, al no haber ninguna referencia visual», apunta. En cuanto al reparto de trabajo a lo largo del año, asegura que «es variable; hay días en que salimos tres veces o ninguna en un mes. En invierno hay muchos temporales y en verano sobre todo acudimos a rescatar pescadores, bañistas o navegantes de Europa que vienen en su barco al Cantábrico y los pilla un temporal, por inexpertos».

Por su parte, Raquel Arias apuntó que la base de Salvamento Marítimo de Celeiro cuenta con un helicóptero -el Pesca 2-, una embarcación, nueve vehículos y 39 trabajadores. Sobre la aeronave, recordó que en lo que va de 2011 efectuó nueve intervenciones y permitió el rescate de dos personas. En cuanto al Día de los Océanos, defendió la actividad realizada como una forma de que «os máis pequenos teñan relación cunha parte importante do mar como é o salvamento marítimo e as actuacións para manter a integridade física das persoas». Abogó además por una explotación sostenible del medio marino.

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