Antenas

SON LEYES que se aprueban a hurtadillas, como de tapadillo, con escasa repercusión mediática, pero que sí la tienen cuando se aplican. La mayoría de los ciudadanos no sabe que la nueva ley de telecomunicaciones, aprobada el 29 de abril, con votos del PP, PSOE y CiU, permite a las operadoras de telefonía móvil expropiar forzosamente espacios privados con el fin de instalar antenas para el desarrollo de su red de comunicaciones. Esto significa que, quieran o no los residentes, las empresas podrán colocar los aparatos en la azotea de cualquier comunidad de vecinos, siempre que el proyecto esté basado en la utilidad pública, que siempre lo será por razones obvias. Ni los propios ayuntamientos tendrán arte ni parte y por lo tanto no podrán meter baza. Bien es verdad que algunas disputas por la instalación de antes eran infundadas y solo obedecían a argucias bizantinas, pero la nueva normativa no deje ser un atentado a la sensatez y al sentido común. Es una tosca imposición que molesta y que sin duda originará conflictos innecesarios. Se evitarían flexibilizándola.

Comentarios