Añadir riesgo al riesgo

LEONARDA DIBRANI es una joven de 15 años, presentada como kosovar, que estudia en un liceo francés y que la pasada semana fue detenida durante una excursión escolar para ser expulsada de Francia. La detención policial se registró cuando bajaba del autobús con sus compañeros. Es la drástica política del ministro del Interior, Manuel Valls, frente a los sin papeles. Varios miles de estudiantes se han echado a la calle en París para defender el derecho a la escolarización de los sin papeles. Hay nueva cita para hoy. La escuela y la educación, dicen con razón, es la mejor herramienta para integrar a la inmigración en la sociedad a la que llegan. Con esa detención de Leonarda Dibrani se conoce la expulsión, tras algún intento abortado, de un joven armenio de 19 años, estudiante en un liceo técnico. En un intento de subirlo a un avión los pasajeros apoyaron la negativa del joven a ser embarcado. Esta política sorprendente es, más que afrontar el problema de la inmigración sin papeles, la respuesta de un gobierno de izquierda como el francés frente al pronóstico de crecimiento electoral de la extrema derecha xenófoba del Frente Nacional (FN). Algunos pronósticos adelantan que el FN, que fundó Le Pen y que lidera una hija suya, pudiera ganar las elecciones europeas en Francia. El nerviosismo se apoderó de los socialistas y de la derecha liberal y gaullista. El actor Alain Delon anunció su apoyo al FN después de confesar que fue siempre gaullista. ¿Qué es lo que sirve más peligrosamente a la intransigencia racista, al nacionalismo de exclusión identitaria de la extrema derecha? La pregunta de Jean Daniel no es retórica ni en Francia ni en España. El problema está ahí. El riesgo de que se intente ocupar el espacio del racismo y la extrema derecha por las formaciones políticas democráticas añade un riesgo más a los riesgos que ya viven las sociedades libres en Europa.

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