"Ana estaba feliz con sus hijos y vivía para ellos, era una madraza"

La madre de la víctima se dispone a asumir la tutela de sus nietos, opción que apoya la Xunta
Ana Gómez
photo_camera Ana Gómez

"Es una barbaridad, y con los niños dentro". Esas palabras las repetía este viernes sin cesar Isabel, la madre de Ana Gómez, recordando el crimen de Herbón y las otras víctimas que deja. Sabía que su hija quería separarse de O Chamaco porque la relación "no funcionaba", pero desconocía los motivos porque "esas cosas no las contaba".

Según relató Isabel, que ya tuvo que afrontar hace poco más de un año la inesperada muerte de su marido, de un infarto, nada hacía presagiar, ni esas desavenencias, que la vida de su hija se truncaría de esa forma violenta. La vio por última vez el mismo día del crimen, ya que Ana y su hijo mayor la llevaron de vuelta a Pedrafita, en donde vive, tras ir a una consulta al Hula. Serían las tres de la tarde, tres horas antes del crimen. "Me figuro que tenía cosas en aquella casa e iría a buscarlas, y al darse la vuelta...", acertó a decir entre sollozos Isabel sobre la visita de su hija a la vivienda en la que fue asesinada.

Isabel se enteró de lo que pasó porque fueron a decírselo parientes y amigos íntimos, aunque en un primer momento le ocultaron las circunstancias violentas, para evitar que se derrumbase. "Me dijeron que tuviera un accidente de tráfico y que los niños estaban bien", dijo. Este viernes se aferraba a sus nietos para no rendirse. "Mi hija estaba feliz con ellos, vivía para ellos; era una madraza", decía emocionada. Sus nietos duermen en su casa desde el jueves e Isabel quiere asumir su tutela y que se instalen allí definitivamente.

Los servicios sociales de la Xunta apoyan esa opción. Así lo sugirió la secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, quien dijo que la trabajadora social de Becerreá está "pendente absolutamente" de los hijos de la víctima, de 16 y 17 años, y que se prevé que queden con familia "próxima".

La de este viernes fue una jornada dura también para Felicitas, una de las personas que transmitió la trágica noticia a Isabel. "Como se lle di a unha nai que mataron a súa filla?", comentaba desde su peluquería en Pedrafita, a pocos portales de la casa de la madre de Ana. "Non sabes como reaccionar. Levas 30 anos con eles, véndoos toda unha vida", dijo de la familia de la víctima. "Velo na tele pero non pensas que toque aquí", reflexionó sobre la lacra de la violencia machista, y pidió que esos crímenes "non saian tan baratos".

UNIDOS POR EL DOLOR. Las muestras de solidaridad con esta familia golpeada cruelmente por la violencia machista se repitieron este viernes en distintas localidades, con concentraciones silenciosas en repulsa del crimen. Las más emotivas fueron las de Becerreá, concello en el que vivía Ana, y Pedrafita, en el que se asentó su familia al regresar de Francia, en donde nacieron ella y su hermana.

Los dos concellos decretaron tres días de luto oficial, al igual que la Diputación, y secundaron esas concentraciones representantes de instituciones, partidos y colectivos y muchos vecinos, pese a la intensa lluvia que cayó. Este sábado se celebrará el funeral en memoria de Ana, a las cuatro de la tarde en la iglesia parroquial de Pedrafita.

NUEVAS REVELACIONES. Poco a poco salen a luz nuevos detalles del crimen. Al parecer, O Chamaco, tras acceder a que lo recogiesen en coche su amigo Luis y el teniente de alcalde de Becerreá, Claudio Vázquez, para entregarse, no quería bajarse junto a la casa, ya que no soportaba volver allí, por lo que lo pasaron por delante y lo dejaron a 150 metros. En ese trayecto preguntó qué le esperaba tras el crimen, pero también le pidió a Luis que cuidase de sus dos perros e incluso quiso pagarle las comidas a las que lo invitó en los últimos días, tras quedarse solo.

Aunque estaban asentados en Becerreá, O Chamaco y Ana se conocieron en Ribadeo y vivieron allí dos años, en Cubelas. Ella llegó allí con sus dos hijos y su pareja de entonces, que disponía de un trabajo temporal. Sus hijos estuvieron escolarizados en el IES de Ribadeo Dionisio Gamallo y había quien ayer especulaba con que la mujer, que en esa etapa no encontró un trabajo estable, barajaba volver tras acabar su actual relación. En esa etapa en Cubelas conoció a O Chamaco, se cree que durante una visita de ella a su familia a Pedrafita, porque él no tiene coche propio. Fue sobre el 2013 y, tras un tiempo ya juntos, optaron por dejar Ribadeo y marcharse a Becerreá.

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