Amor pensado para cuatro

Martín Barreiro y Ana
Martín Barreiro con su pareja Ana, su hijo mayor, Martín, y la pequeña Julieta

Como hombre del tiempo en los telediarios de Televisión Española le toca hablar en esta época del año de muchos temporales, pero en su vida personal la única ‘borrasca’ que puede asomar es alguna que otra mala noche que pueda dar su recién nacida Julieta, la segunda hija del presentador y su compañera, Ana Mariña, que ya tenían al pequeño Martín, de dos años. Con los niños, la suya se ha convertido en poco tiempo en una historia de amor para cuatro.

La pareja convive desde 2011 en Madrid, a donde la joven, originaria de Monterroso, se trasladó siguiendo a Martín, ya entonces instalado en la capital por motivos profesionales. Pero su historia había tenido su germen muchos años atrás, en la etapa escolar, cuando Martín y Ana eran compañeros de colegio. Se conocen desde muy pequeños pero, terminada la etapa escolar, pasaron casi 20 años sin verse. Fue en la capital gallega, en donde vivía el entonces presentador de la TVG, donde volvieron a coincidir «y fue ella quien se acercó a mí porque me reconocía de la tele, pero yo también la reconocí a ella de inmediato pese al paso de los años», recuerda Martín. Quedaron al día siguiente y muchas veces más, pero llegó su traslado a Madrid y Ana lo siguió poco después, «porque ambos teníamos claro que queríamos compartir nuestras vidas y no cabían las dudas, fuimos rápido pero muy seguros en todos los pasos de nuestra relación, incluida la decisión de tener a nuestros dos hijos», añade.

OTRO MODO DE VER LA VIDA

El presentador reconoce que su vida ha dado un giro radical con el paso de su rutina de soltero en Santiago «sin más responsabilidades ni horarios que los que me imponía mi trabajo», dice, a su actual de familia. Antes de los hijos, confiesa que «vivimos muy intensamente y disfrutamos de Madrid de día y de noche, fue una etapa preciosa», y ahora gozan al tener con ellos a sus dos pequeños. En esa felicidad tiene, no obstante, mucho protagonismo Ana, de quien Martín asegura «me hace ver la vida de una forma mucho más feliz, ha conseguido apartar de mí todo lo negativo». Y no se cansa de enumerar virtudes de una compañera de viaje «comprensiva, cariñosa y la mujer más inteligente que yo conozco... y de la belleza ya no hablo porque es evidente. Es la pareja perfecta, estamos en la misma página, me entiende a la perfección», asevera.

Aunque el hecho de tener en casa a un bebé de pocos días de vida les marcará el calendario en San Valentín, Martín asegura que se trata de una fecha que les gusta celebrar de forma especial, sobre todo organizando una cena romántica en casa o saliendo a hacerlo a un restaurante, con intercambio de regalos incluido. «Incluso cuando Martín estaba recién nacido viajamos con él a Lugo, lo dejamos en casa de mis padres y nos fuimos a cenar fuera los dos solos para festejar el día de los enamorados», apostilla. Este año será una más en la fiesta.

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