Almoga y Terras do Miño, la lucha por resistir a la quiebra del cooperativismo

Pasaron por la situación más dura. Ver como el proyecto del que formaban parte se fue a la quiebra. Pero resurgieron y tomaron su propio rumbo bajo la máxima de que la unión hace la fuerza. Almoga (Alta Montaña Galega) y Terras do Miño, sociedades nacidas de las cenizas de otras -Xertigán (Xermade) y Gancobre (A Pastoriza), respectivamente-, son el ejemplo chairego de la lucha por el cooperativismo.

La primera en dar el paso fue Almoga, que nació de la desaparecida Xertigán cuando empezó la caída en picado de una cooperativa que arrancó en 2006 tras la fusión de otras dos: Gandeiros da Chaira y Xertiriz. Dio sus primeros pasos en 2011 con un grupo de doce ganaderos aunque no empezó su actividad hasta el año siguiente, cuando se conformó la cooperativa con 28 socios. Hoy, con sede en Vilalba, cuenta con 40.

La sociedad de Bretoña recoge unos 700.000 litros de leche al mes

La nueva cooperativa pastoricense Terras do Miño recoge de las ganaderías de sus 47 socios una media de entre 650.000 y 700.000 litros de leche mensuales, que venden íntegramente a la empresa francesa Reny Picot. Lo hacen a través de contratos individuales con cada socio, por un precio de 0,39 euros el litro de leche para las ganaderías que producen más de 200 toneladas y 0,38 para las que no alcanzan esa cifra.

El grupo de carne chairego suma mil vacas entre 40 ganaderías 

Almoga nació con el fin de ser en exclusividad una cooperativa de carne, aunque ofrece más servicios y trabaja en un proyecto de diversificación con un grupo de huerta que arrancará en los próximos días con el objetivo de «incentivar los productos de casa y de la aldea».

«Queremos volver a lo que hacíamos antes y aprovechar todos los recursos de los ganaderos con tierras», explican.

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