En San Martiño de Ferreiros se respiraba ayer alivio y alegría, solo empañada por el hecho de que hubiera tenido que producirse un nuevo intento de agresión para que el juzgado mandara a su vecino otra vez a prisión.
Los residentes de la parroquia polense lamentaban que otra mujer sufriera el ataque de Félix Vidal Anido, que pudo tener consecuencias mucho peores si su hijo no estuviera en casa en ese momento, lo que provocó la huida del hombre. Los vecinos se alegraban de esta circunstancia y de que el suceso sirviera para enviarle a la cárcel. «Espero que vaia directo ao caldeiro e que non volva a saír, porque se non vai ser un problema. Agora xa se sabe que volve a agredir, xa non hai dúbidas», razonaba una vecina de Ferreiros ayer a media tarde, cuando todavía no se sabía cuál iba a ser la decisión de la jueza.
