El vicepresidente ejecutivo de la Fegamp no se muerde la lengua a la hora de criticar la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local que desde las filas de su partido quieren implantar en España. Sostiene que los ciudadanos no entenderían que se les quitasen servicios consolidados.
LA REFORMA local no entiende de siglas ni de colores políticos en Galicia. La unanimidad con la que la Fegamp dijo «no» a la ley que pretende implantar el Gobierno de Mariano Rajoy visualiza una comunidad unida en contra de lo que ellos valoran como un perjuicio claro a la ciudadanía. El cáustico Alfonso Villares, alcalde de Cervo y vicepresidente ejecutivo en la Fegamp, defiende las tesis de la federación de municipios gallega y, en este caso, se quita la camiseta del PP, como la totalidad de sus compañeros regidores.
La unión es total en Galicia en contra de la reforma local, ¿no?
Solo hubo tres abstenciones, pero el resto de los presentes en la asamblea, que éramos casi todos, dijimos ‘no’ a la reforma local.
¿Por qué?
En mi opinión, que es compartida por muchos alcaldes de distintos partidos, si se aprueba la reforma local se va a producir un alejamiento de los servicios al ciudadano. Somos conscientes de que son momentos difíciles, y que estos tiempos requieren que exista una gran eficiencia en los gastos, pero también tenemos claro que la reforma local va a ser negativa para Galicia, y también para todos los concellos de A Mariña.
